Los panes del ramu vuelan en La Candelaria de Posada de Llanes: "Hay que andar rápido"

Los pueblos de la parroquia celebran la fiesta, recuperada en 2010, con la bendición de los niños nacidos el año pasado y el reparto de hogazas y rosquillas

Con ramitos de mimosa en la solapa y las panderetas decoradas con lazos de los colores de las banderas de Asturias y España, los vecinos de Posada de Llanes celebraron ayer por todo lo alto la fiesta de La Candelaria, que recuperaron en 2010 tras más de cuarenta años desaparecida. Un festejo religioso que rememora la presentación de Jesús en el templo y, por ello, los niños de la parroquia nacidos en el año anterior, en este caso en 2022, fueron presentados ante la Virgen de La Candela y la imagen del Niño Jesús de Praga. Esta bendición dio paso, en el exterior del templo, al reparto de los ramos, que fueron elaborados por grupos de mujeres de los pueblos de la parroquia con mucho arte y colorido. Nadie se quiso quedar sin una rosca de pan, un buen pan dulce o rosquillas que ofrecieron los vecinos de Bricia, Posada La Vieya, Turanzas, Lledías, Quintana y Piedra. Y los panes volaron en cuestión de minutos: "Es una tradición muy emocionante", indicó Mari Celi Inguanzo.

La celebración comenzó al mediodía con la procesión de La Candelaria por las calles de Posada, con el desfile de los ramos tras el paso de las imágenes. En la iglesia parroquial se ofició la misa tras la que se realizó la bendición de los niños nacidos el año pasado con las miradas cómplices y orgullosas de sus familiares. Después, las pandereteras llenaron el pasillo para cantar La Salve, que emocionó a los presentes. Ya en el exterior del templo se procedió al reparto de los panes y rosquillas de los ramos, ya que en la fiesta de La Candelaria no se subastan, si no que se regalan. "En las fiestas de cada pueblo en verano sí se puya por el ramu, pero en esta fiesta de la parroquia no, cada pueblo viene con su ramu y lo reparte entre los vecinos", detalló Raquel Palacios.

Y los vecinos tuvieron que espabilar ya que todo el mundo quería llevarse una hogaza. "Se da a los vecinos que pusieron dinero para la fiesta, para hacer los panes, pagar los voladores o a los gaiteros, una labor que hacen las mujeres de cada pueblo que van casa por casa a pedir la voluntad para poder celebrar La Candelaria", explicó Tonina Pérez. "Y hay que andar rápido", añadió riendo.

Pero los pueblos de la parroquia de Posada de Llanes tienen la generosidad como bandera y dieron panes a todos los que lo pidieron. Y si no había para todos, se reparten para dar la prueba. Por eso casi todos los presentes degustaron las rosquillas con azúcar que estaban "buenísimas", aseguró Laura Fernández, quien consiguió dar un mordisco a una de las elaboraciones en el último momento. "Casi me quedo sin ella", celebró. La fiesta de La Candelaria es una tradición muy antigua en la parroquia, "con mucho arraigo", señaló José Miguel Valero. Este hombre recordó como antaño se hacía un concurso para elegir el ramu más guapo.

Y aunque no haya certamen, los vecinos de la parroquia se siguen tomando muy en serio la decoración de los ramos. Todos lucieron con mucho gusto. Normalmente, según explicaron, se monta el ramu con ramas de laurel y mimosa, que le dan un toque amarillo. Además, los panes van sujetos por telas muy coloridas que los vecinos van deshaciendo para entregar los panes. Y algunos añaden algún toque especial para hacerlos más atractivos como los habitantes del pueblo de Lledías, que coronaron el ramu con una muñeca Nancy vestida con el traje tradicional asturiano.

Tras el reparto de los panes, los vecinos fueron abandonado la explanada de la iglesia. Pero la fiesta no había acabado aún. Tal y como explicó Valero, "ahora nos vamos a comer todos juntos los pueblo, hoy es un día para disfrutar".