Asiegu dio la "lloquerada" al Antroxu

Los niños del pueblo cumplieron con la singular tradición local e hicieron sonar los cencerros para espantar al personaje carnavalesco

M. Villoria

Los "lloqueros" (cencerros) de Asiegu se hicieron oir ayer con fuerza en la localidad de Cabrales. Agitados por las manos de los más pequeños, el objetivo fue, como manda la tradición, espantar al Antroxu del pueblo. La memoria se pierde en la historia para determinar el origen de esta costumbre local en la que los niños y niñas salen el martes de Carnaval corriendo por la calles y moviendo con fuerza los cencerros para ahuyentar y echar simbólicamente al personaje carnavalesco del entorno de las fronteras del pueblo.

Hubo unos años en que la población infantil era casi inexistente y se dejó de hacer, hasta que un vecino, Manuel Niembro, revivió esta costumbre cuando sus hijos eran pequeños. "Hubo años que no había críos, hasta que empezó de nuevo Manuel cuando tuvo sus hijos, que hoy ya son mayores", comentó Rocío Blanco, vecina del pueblo que ayer acompañaba a sus dos hijas en el recorrido. La fiesta era todo un acontecimiento cuando ella era pequeña y lo recuerda con claridad. "Yo tengo recuerdos de cría, de ir con los más mayores, madrugábamos más e íbamos solos hasta picos cercanos a tocar el lloqueru para que marchara ", explicaba Rocío Blanco.

La convocatoria fue ganando de nuevo adeptos a medida que iban naciendo y se asentaban más pequeños en el pueblo y ayer se juntaron catorce niños con edades entre uno y doce años.

El punto de encuentro fue en la zona del Corral, a las 09.30 horas, para seguir hacia Pamirandi, el Alto del Táranu, el Cuetu, la Caleya y vuelta al punto de partida. Iniciaron el recorrido a carreras, moviendo sin parar los cencerros. Los vecinos se iban asomando al paso de los críos que por la tarde se disfrazaron, también como manda la tradición, y fueron por las casas pidiendo el aguinaldo. En unas casas dan "frixuelos", en otras dinero y en muchas las dos cosas que luego se disfrutan entre todos con una merienda.

A sus 88 años Laudelina Otero esperaba el paso de la "lloquerada antroxera" en la puerta de su casa. Quería adelantarles ya el aguinaldo por la mañana. Ella recuerda que antes incluso se cantaba en el recorrido y quisiera que las generaciones de ahora las aprendieran también. "Antes cantábamos cantares para todas las fiestas. Presta verlos por el pueblo", comentaba la mujer tras recitar unas de esas canciones que memorizó de pequeña y que aún ayer repitió sin titubear tirando de su buena memoria.

"Yo siempre conocí esto. Hubo años que iban a espantar al Antroxu casi hasta encima de Carreña", recuerda Elena Puertas, de 86 años.

Los niños lo pasaron en grande, pero las pronunciadas cuestas de Asiegu hicieron necesario algún descanso para recuperar el aliento por el camino. "Me dieron un lloqueru muy grande, pero me presta mucho espantar el Antroxu", dijo Xabel Niembro. Tras culminar el recorrido matinal llegaron a casa de una de las vecinas, Cristina Otero, que sacó un enorme plato de frixuelos recién hechos para que los protagonistas del día se repusieran tras el esfuerzo realizado. Hasta donde se conoce, este es el único pueblo del Oriente de Asturias que celebra esta tradición en este día para mantener a raya de esta forma al "estrafalario y pícaro" personaje.

Carlos Collado, de 12 años, es de Arenas, pero tiene familia en Asiegu y por nada del mundo se quería perder la cita. "Lo pasamos muy bien. Es un un día que tocamos lloqueros, nos disfrazamos por la tarde y pedimos el aguinaldo", comentó.

Los recuerdos de la infancia de los que hoy fomentan esta celebración siguen muy vivos entre los días especiales del calendario anual. "De pequeño recuerdo que ya a las 07.30 nos levantábamos con nervios y salíamos con los lloqueros", comenta Javier Niembro. Sus salidas eran aún más intrépidas, porque además de andar por las caleyas del pueblo, llegaban hasta los montes más cercanos con nieve, lluvia o sol haciendo sonar los cencerros.

Asiegu se caracteriza por fomentar, recuperar y mantener vivas las tradiciones propias y para ello cuentan con la asociación cultural "Asiegu XXI" que trabaja activamente en conservar, entre otras cosas, la cultura y la historia locales. La cantera infantil del pueblo ayer se afianzó un poco más, y en los de más corta edad que estaban por primera vez en la fiesta del Antroxu. Freya Valentina Webb, Deva Romero, Vega y Amaya Ruíz, Taran y Xabel Niembro, Ivan Mier, Aroa Fernández, Carmen y Luis Martínez, María Díaz, Carlos Collado, Valeria Villa y Tino Díaz protagonizaron este martes la singular actividad de la jornada.

Los que hoy son padres recuerdan lo que significaba esta fecha en su infancia. Ahora acompañan en el camino a sus hijos y al resto de niños para que en un futuro sean esos niños quienes mantengan viva la tradición y a raya al Antroxu.