Muere de un disparo accidental en la República Dominicana un hostelero de Infiesto: "Lo querían mucho, era muy divertido"

"Napo" Martínez Tavera, de 37 años, falleció mientras pasaba unos días de vacaciones con la familia en su país natal

Coronas de flores y velas a la entrada del mesón Triana, en Infiesto. En el recuadro, "Napo" Martínez Tavera.

Coronas de flores y velas a la entrada del mesón Triana, en Infiesto. En el recuadro, "Napo" Martínez Tavera. / LNE

L. B. / P. T. / R. D.

Se llamaba Fransy Lizaldy Martínez Tavera, pero todos lo conocían como "Napo". Tenía 37 años y era natural de la República Dominicana. Vivía desde hace años en Infiesto, donde regentaba un mesón. Los negocios le iban más que bien. Hace unas semanas, partió junto a su familia, su mujer y sus hijos hacia su país de origen, de vacaciones. Pero lo que iban a ser unos días de asueto, descanso y reencuentro con la familia ha terminado en tragedia.

Este miércoles, el mensaje de un portavoz de la Policía Dominicana en una red social daba cuenta de su fallecimiento en la localidad donde había nacido, Bonao: "Una persona muerta accidentalmente por estar jugando con un arma de fuego (…) Residía en España. Fransy vino a vacacionar con sus familiares. El hoy occiso fue llevado a un centro de salud y posteriormente murió", concluyó el agente.

En Piloña y alrededores todos le conocían. "Aterrizó en Infiesto hace ya muchos años, creo que aquí ya estaba su madre trabajando en un establecimiento. La verdad es que ‘Napo’ caía muy bien en el pueblo. Era un tío agradable y divertido", cuentan quienes les conocían. Algunos apuntan que anteriormente estuvo viviendo en Llanes durante unos años.

En Infiesto se estableció y formó familia. "Iba a misa los domingos con su hija o la llevaba al catecismo", cuentan en la capital piloñesa. Allí terminó adquiriendo "hace como un par de años" un local hostelero de la calle León y Escosura que antes estuvo gestionado por una familia de Portugal, el mesón sidrería Triana, que "muchos días estaba a tope". Le dio un ambiente muy concurrido al negocio, que ha alcanzado notable éxito en la comarca. 

Tanto es así que Martínez Tavera decidió expandirse en el mundo hostelero y se hizo con otra importante sidrería en un concejo vecino. Según comentan en Infiesto, también tenía previsto adquirir un local de copas. "Era el rey de la fiesta", afirman sobre él. "Tenía don de gentes", señalan sus convecinos.

El dueño de un establecimiento de la capital piloñesa lo recuerda como "un buen cliente" y como "un tipo educado y agradable, muy majete, un personaje. Me llamaba la atención que nunca tenía prisa. Llegó a Infiesto hace muchos años y era un tío muy querido", añade el empresario. También le recuerdan como "alguien que iba siempre elegante, le gustaba ir guapete".

Que se le tenía aprecio en Infiesto lo demuestra el hecho de que solo unas horas después de que se conociera su infortunado final, sus amigos de la localidad colocaron media docena de coronas de flores con mensajes y velas encendidas a la entrada del mesón Triana. También se llenó de comentarios de asturianos las publicaciones en redes sociales de medios dominicanos informando de lo sucedido.

El arma, una pistola Zoraki del calibre 9 milímetros que había adquirido recientemente, fue entregada voluntariamente por la madre de la víctima a los encargados de la investigación, según fuentes policiales, que añadieron que los servicios médicos que lo atendieron en el consultorio, adonde llegó aún con vida, no pudieron hacer nada por salvarlo. La herida era mortal de necesidad, según los sanitarios.