Los ganaderos, contra el informe que niega el aumento de lobos: "Es mentira"

Los ecologistas sostienen que el dictamen del Principado avala su tesis de que la especie "crece cuando se mata y se estabiliza si la dejan tranquila"

Los ganaderos, contra el informe que niega el aumento de lobos: "Es mentira"

Los ganaderos, contra el informe que niega el aumento de lobos: "Es mentira" / LNE

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Una de dos: "O es mentira que ahora hay 43 manadas o lo es que las había hace tres años". A José Antonio García Álvarez, "Toño Mestas", regidor de pastos de la montaña de Covadonga, no le salen las cuentas. Sostiene que "no puede ser" que después de tres años sin realizar controles de lobos en Asturias haya las mismas manadas que antes, como recoge un informe del Gobierno del Principado que presentará hoy en el Comité Consultivo del Lobo. La población, según el ganadero de Mestas, ha tenido que crecer "sí o sí". Y esa creencia suya la apuntala con "hechos". Hechos como que se hayan registrado ataques del lobo al ganado "en Corao o en la rotonda de Covadonga"; esto es, "donde nunca los hubo". Es el pensamiento general de los ganaderos. Los ecologistas tienen una visión radicalmente diferente.

A Toño Mestas tampoco le cuadra la distribución de los daños que aparece en el informe: muchos menos en el Oriente, donde hay más protestas, y muchos más en el Occidente, donde se protesta, pero menos. ¿Una posible explicación? Que muchos ganaderos ya no denuncian los daños. "Hay muchos ganaderos mayores, antipapeles, que ni avisan"; entre otras razones, "por la burocracia y porque tardan muchísimo en pagar" los daños. Pero sí afirma con rotundidad que el lobo está haciendo "mucho daño a la ganadería en extensivo", y sobre todo a la reciella. "El lobo no es tonto; ¿para qué va a correr una hora detrás de un jabalí si tiene un xatu al lado de casa? ¿Lo haríamos nosotros? Pues el lobo, tampoco", añade.

El alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro, exige al Principado que no realice informes "que carecen de toda credibilidad. No hace falta estudiar mucho para saber que en los últimos tres años, sin controles, no puede haber las mismas manadas que antes". Reclamó asimismo al Ejecutivo regional "que se posicione de una vez por todas con los ganaderos, que son los verdaderos valedores, por ejemplo, del parque nacional de los Picos de Europa".

Una visión radicalmente opuesta, la del directivo de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) Ignacio Martínez: no le sorprende que haya las mismas manadas que hace tres años. "Entre 2013 y 2021, cuando se mataban veinte lobos cada año, más los muertos en atropellos y demás, creció el número de manadas; desde que está protegido y no se mata, se mantiene. Estos datos contradicen a los políticos necios que siguen diciendo que el lobo está en expansión y que quieren sacarlo del Lespre (Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección). Tienen que dejar de engañar, la realidad es que el lobo es un superdepredador, y como tal se autorregula. No va a haber sobrepoblación de lobos, ni van a llegar al Cabo Peñas; los ejemplares que no se matan son los que tienen que alimentar la recuperación en otros territorios de España", sostiene.

Martínez pide a los políticos que dejen de "engañar", pues el lobo "se adapta a la presión antinatural que se ejerce sobre él". En su opinión, el informe "empieza a demostrar que estamos en una estafa sistemática, y que si se deja tranquilo al lobo se estabiliza".

El dirigente de la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies Fructuoso Pontigo extrae varias conclusiones del informe. Una, que la mayoría de las manadas habitan en los límites con otras comunidades autónomas, lo que supone un peligro de que se duplique el número al realizar censos nacionales, si son contabilizadas dos veces. Le sorprende que se dé una visión "muy general" de los daños y que no se concreten las intensidades. Porque una de las claves sería, a su juicio, conocer el manejo del ganado en las zonas donde se registran más daños. Más que nada, porque se están destinando "recursos públicos" para pagar esos daños. Defiende el pago de daños a los afectados, pero pide también que subvencionen los medios para prevenir los ataques, entre los que citó los mastines y los cercados nocturnos.

Pontigo destaca que los datos son "claros y contundentes": la inclusión del lobo en el Lespre, en 2021, "no ha supuesto un aumento del número de manadas, ni de daños". Y echa en falta datos sobre la muerte de ejemplares por envenenamiento y los resultados de las necropsias de los 15 lobos hallados muertos el año pasado.

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