La promesa de un socio del Centro Asturiano de Oviedo para hacer la caminata a Covadonga

Jonathan Fernández hizo el recorrido de la anual marcha a pie al Real Sitio en favor de su sobrino, de 6 años, que padece leucemia

Jonathan Fernández, durante la marcha a Covadonga, con la imagen de su sobrino en la camiseta.

Jonathan Fernández, durante la marcha a Covadonga, con la imagen de su sobrino en la camiseta. / J. M. C.

J. M. Carbajal

J. M. Carbajal

La meteorología fue benévola durante la tercera y última etapa, ayer domingo partiendo de Arriondas, de la XLV Marcha a pie del Centro Asturiano de Oviedo al santuario de Covadonga, en la que tomaron parte 118 socios y socias de la entidad ovetense. Apenas unos minutos antes de que los relojes marcasen las diez de la mañana, la comitiva hacía su entrada en la vieja capital del Reino de Asturias tras cruzar el “puentín” en la travesía de la N-625, donde les aguardaba el grupo de bailes regionales del Centro Asturiano de Oviedo y la banda de gaitas del mismo.

Ya en pleno centro urbano, tras las fotos de rigor frente a El Puentón, los andarines repusieron fuerzas en el avituallamiento ubicado en la plaza Camila Beceña, siendo recibidos por decenas de acompañantes, así como también por el actual presidente del Centro Asturiano de Oviedo, Gerardo Martínez Quesada, y de su antecesor en el cargo, José Manuel Granda Valdés.

Entre el grupo de caminantes destacó la presencia de Jonathan Fernández, socio natural de Trevías y afincado desde hace unos años en Oviedo, quien lucía una camiseta con la imagen de su sobrino, Marco Fernández, de 6 años de edad, residente en Valencia, quien padece leucemia. Jonathan es hermano de Saúl Fernández García, ex canterano del Sporting de Gijón y actualmente en el organigrama técnico del Villarreal, y padre de Marco. “Es la primera vez que hago esta marcha con el Centro Asturiano”, explicó Jonathan en Cangas de Onís, antes de reanudar, nuevamente, el camino rumbo a Covadonga.

Una vez en el santuario mariano, los andarines y demás acompañantes, además de directivos del Centro Asturiano de Oviedo, asistieron a la misa en la basílica del Real Sitio predicada por el abad de Covadonga, Adolfo Mariño. Posteriormente, celebraron una comida de confraternidad que tuvo lugar en el restaurante del Gran Hotel Pelayo, y al final de la misma se procedió a la entrega de medallas conmemorativas a los caminantes.