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El Puentón

Gracias, gracias y gracias

Relevo en la Sociedad de Festejos de Cangas de Onís

Todo apunta a que la actual junta directiva de la Sociedad de Festejos de Cangas (SFC), presidida por Alejandro Otero Núñez, podría cesar en sus cargos y dejar de organizar las fiestas patronales de San Antoniu en venideras ediciones. El cansancio ha hecho mella en ese reducido grupo de entusiastas: Laura Otero, Emilio Prada, Anselmo Pérez, José Luis García ("Fifu") y Mamen González Llerandi, que consiguieron involucrar a toda la sociedad canguesa, sin distinción de edades, en unos eventos emotivos, espectaculares y, conjuntamente, multitudinarios.

Es de justicia reconocer el arduo trabajo y la entrañable labor desplegada a lo largo de este último lustro por esa encomiable "peña" de amigos y amigas que hizo posible elevar al máximo nivel todo cuanto rodea a las fiestas de San Antoniu, el nuestru.

Como buenos cangueses supieron, desde el primer minuto, sacarle el máximo jugo a una diversificada programación que, edición tras edición, ha ido superándose hasta acabar por convertirse, sin duda, en unos de los mejores festejos de cuantos tienen lugar a todo lo largo y ancho del Principado de Asturias.

Desconozco ahora mismo, salvada la resaca postfestiva de la Jira, si los componentes de la actual directiva reconsiderarán su postura y continuarán tirando del carro en 2016. Es posible que esa remota posibilidad, de existir, vaya muy vinculada a que otros cangueses estuviesen decididos a sumarse a la SFC para colaborar a mantener, al menos, lo conseguido en este último lustro.

El regenerar las fiestas de San Antoniu y, del mismo modo, consolidarlas en tiempo récord, fue posible gracias a la actual directiva después de su plena dedicación, y sin percibir a cambio ni un euro por ello.

Como en otros campos, cada cosa tiene su ciclo y el de las fiestas, con lo que conllevan, no iba a ser una excepción. Cumplidos cinco años de dedicación, toca renovarse. Y en este álgido momento, justo cuando todo son parabienes hacia lo realizado por la Sociedad de Festejos, las puertas quedan abiertas de par en par para que otros lleguen con aires renovados, que no revolucionarios.

San Antoniu, el nuestru, seguirá celebrándose en la vieja capital del Reino de Asturias, pero no creo, y es mi modesta opinión, que se pueda superar el altísimo listón, en cuanto a exquisita organización, que dejarán, de no haber marcha atrás, Alejandro, Laura, Fifu, Mamen, Milio y Anselmo. Gracias, gracias y gracias, por todo.

Aplaudo las agallas que tuvieron para apostar por sacar del casco urbano, trasladándolos a Contranquil, parte de los festejos; elogio la sabia decisión adoptada a la hora de involucrar a todo un pueblo en la respetada procesión de San Antoniu, con cientos de cangueses y canguesas luciendo con orgullo y satisfacción vestimentas de porruanos o llaniscas; celebro el realce del pregón en el Teatro Colón, con el patio de butacas a reventar; ensalzo la iniciativa de recuperar el libro oficial de las fiestas y también la entrega del bollu preñau y la botella de vino a los socios. Y, por si fuera escaso bagaje, enaltezco la variada programación musical, para todos los gustos y para todos los públicos.

Cangas de Onís acaba de disfrutar de unos festejos de altura, en los que también acompañó la meteorología ("En San Antoniu no llueve", divulgaba en vísperas del día grande Nazaret Soto, reina de las fiestas, cuando los partes presagiaban tormentas por la zona). Sin embargo, pese a todas las complacencias, queda una asignatura pendiente: convencer a muchos vecinos, sobremanera a los jóvenes, para que se hagan socios y aporten su granito de arena. En esta edición hubo muchos que se hicieron los remolones, hasta el último suspiro, para renovar su cuota anual (15 euros). Quizás ese haya sido el principal factor que acabó, definitivamente, por desanimar a la actual directiva de la SFC.

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