La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturias se quema

Las medidas que se necesitan ante el mayor enemigo de la naturaleza

Prácticamente toda Asturias sintió el azote del fuego, y en nuestra comarca oriental hubo días de hasta un centenar de incendios de forma simultánea. La imprudencia en la quema de rastrojos, los fuertes vientos y, lo que es peor, la acción terrorista de los que utilizan el fuego como arma y como protesta incrementaron el número de focos incendiarios. Los servicios de extinción, junto con los soldados de la UME, tuvieron unos días muy duros y lucharon, junto con muchos voluntarios, en una guerra desigual. Todo el esfuerzo y todos los medios técnicos parecían, a veces, insuficientes frente al incontenible avance de las llamas.

Los incendios forestales se han convertido en el mayor enemigo de la naturaleza en Asturias, que es la región que más incendios padece en relación con su superficie forestal. Una importante zona del occidente asturiano se desertiza de forma inexorable, miles de hectáreas de las cuencas del Navia y del Narcea ya han perdido su suelo, y ya son tierras improductivas e irrecuperables. Y, por sorprendente que parezca, aquí en el Oriente ya hay zonas de rocas estériles en donde, hasta hace bien poco, había zonas de bosque. El retrato puede ser catastrofista, pero es real. No olvidemos que muchos de los incendios se inician en los pastos a causa de la quema de matorral y, ante este desastre, la solución no es reforestar, sino evitar el fuego. Y bien está que se luche por extinguir los incendios, pero tanto la Consejería de Medio Ambiente como la de Desarrollo Rural y Recursos Naturales deberían ocuparse también de prevenirlos, aun sabiendo que esta es una tarea en la que debemos involucrarnos todos. Quizá haya que preocuparse más en limpiar el monte de maleza; para esto hay ayudas que, además, pueden crear empleo. En las zonas de mayor riesgo se debería aumentar la vigilancia con equipos locales, guardería rural y el Seprona. Y hacer algo tan eficaz como aplicar la ley, intensificar las acciones de la fiscalía de Medio Ambiente para que haya sanciones ejemplares. Y dar todo el apoyo necesario a las Brigadas de Investigación de Incendios y a la Guardia Civil.

Año tras año hay oleadas de incendios, y parece que van en aumento. Asturias se quema, y debería de haber más reacción, más alarma social, más educación ambiental, en definitiva. Cuando un bosque arde, la pérdida no es solamente económica, hay una pérdida que no se puede cuantificar ni evaluar porque es irrecuperable.

Compartir el artículo

stats