"Me hubiese gustado conseguir el reconocimiento de Cangas de Onís como capital histórica de Asturias y que fuese la sede permanente de la fiesta de nuestra comunidad, al menos de los actos institucionales, pero la falta de sensibilidad política no lo ha hecho posible" (Alfredo García Álvarez, extracto del pregón de San Antoniu, en el Cine Colón, año 2016). Unas palabras que tienen gran importancia sobre lo que resultó el devenir de la vieja capital del Reino de Asturias durante su mandato como regidor de ese concejo del Oriente, con grandes obras y hechos, con más luces que sombras, pese a las tachuelas puestas en la larga y dilatada andadura política por algunos de sus correligionarios del PSOE.
Hablar de Alfredo García es hacerlo de una persona que se volcó durante varios mandatos en pro de Cangas de Onís. Incluso lideró la lista más votada en las elecciones municipales de 2011, pero en aquella ocasión, en la misma sesión de investidura, los votos de Foro Asturias, formación liderada por Santi Pendás, se decantaron por entregarle el bastón de mando como alcalde a un jovencísimo José Manuel González Castro (PP). Un relevo en la Alcaldía que para algunos detractores de "Pepín" no iba a tener demasiado recorrido -se llegó a comentar que duraría seis meses-, resultando todo lo contrario.
Hoy en día, alejado de la primera línea de la política, Alfredo García Álvarez puede vanagloriarse de haber marcado las pautas de Cangas de Onís-Siglo XXI. Para buena parte de los cangueses fue uno de los grandes impulsores de la ciudad, sobremanera al insistir en la construcción de la circunvalación de la urbe, junto con la edificación de la terminal de autobuses y el macro-parking de El Lleráu. Todo ello rematado con la losa sobre el río Güeña. Y, por si fuera poco, apoyando la puesta en marcha y consolidación del Plan de Transporte a los Lagos como sistema de regulación de acceso al espacio natural protegido.
Tampoco debo dejar olvidado la firme apuesta por la peatonalización de algunas de las más céntricas calles de la vieja Cánicas, cuyos primeros pasos chocaron -igual que aconteció con el tema de la variante- con la incertidumbre en aquellos precisos momentos de ciertos sectores que se echaban las manos a la cabeza. Pero, el paso del tiempo le dio la razón a ese alcalde que apostó por modernizar uno de los destinos turísticos del Principado de Asturias como es el tridente Cangas de Onís-Covadonga-Lagos. Sin duda, asumió decisiones importantes para tratar de mejorar la vida de sus convecinos. Eso sí, con el apoyo de los sucesivos gobiernos del Principado de Asturias, sobremanera durante la etapa de Areces.
Permítanme que tampoco deje en un rincón la visión que tuvo de crear una zona azul en el barrio de El Censu, algo que sonaba raro, pero que acabó impulsando el ahora regidor González Castro. En mi opinión, otro de los grandes tinos de Alfredo García. Podría enumerar otros muchos, así como también actuaciones pocas o nada acertadas -que las hubo-. Pero, dicho esto, siempre serán muchas más las luces que las sombras tras más de tres lustros al frente del Ayuntamiento, mandatos siempre bajo las siglas del PSOE.
Le faltó la guinda de hacer realidad dos nuevas instalaciones, el centro de salud y el palacio de justicia, pese a que tenía en mente ubicarlos en unos terrenos de la ería Contranquil, cerca de la terminal de autobuses, proyectos que suelen incluir sus sucesores del PSOE cuando se presentan a los comicios locales y autonómicos. Nadie pone en duda que ambos equipamientos son necesarios e indispensables cara a medio plazo, por lo que sería muy interesante que se desbloqueara el desarrollo del Plan Parcial Contranquil (aprobado en 2007), que afectaba a 84.000 metros cuadrados de superficie.
Pero, con independencia de pros y contras, me parece que Alfredo García Álvarez debería ser nombrado hijo predilecto de Cangas de Onís. Lavianés de nacimiento, echó raíces en la ciudad y ahí reside. Es posible que algunas gentes consideren que no es justo merecedor a tal honor, aunque, personalmente, lo catalogo como uno de los grandes personajes de esta histórica sede y ciudad. Quizás me digan que su labor entraba dentro de su sueldo y no les faltarán razones. Ahora bien, por su bagaje y visión de futuro, creo que se lo tiene más que merecido.
No puedo olvidar, rememorando en datos históricos, que otros predecesores en su mismo cargo llegaron a ser nombrados hijos predilectos de Cangas de Onís, al ser naturales del concejo. Me pregunto, ¿por qué no Alfredo García Álvarez hijo adoptivo? ¿Y qué mejor que un gobierno del PP para sacar adelante -cuenta con holgada mayoría absoluta- esa propuesta de ser llevada a sesión plenaria? Aunque estoy seguro de que, llegado el caso, sería aprobada por todos los grupos con representación municipal, sin excepción. Es de justicia.