Opinión

J. M. Carbajal

Las autocaravanas, un turismo a tener en cuenta en el área de Picos de Europa

Nunca la comarca registró tal volumen de ese tipo de vehículos como este verano e incluso durante el “puente” del Pilar; hace falta darle vueltas a la normativa

Estamos de acuerdo en que este verano 2021 ha sido el de mayor afluencia turística que se recuerda por estos lares de la vertiente asturiana de los Picos de Europa, pese a la incertidumbre de la pandemia, propiciando cifras de vértigo, en cuanto a ocupación de hoteles, apartamentos, casas de aldea, albergues y demás. Otro tanto de lo mismo ocurrió con las estadísticas registradas en las empresas de turismo de navegación y en las dedicadas a otras especialidades de turismo activo; sin olvidar, por supuesto, el trasiego en el operativo del plan de transporte en buses a los Lagos de Covadonga, que también bate récord………. de viajeros. 

 Entre tanto maremágnum, hay que resaltar ese importante volumen de turismo que arribó, incluso durante los “puentes” festivos del Pilar, en octubre, y en el más reciente de Todos los Santos, a la comarca del Oriente en autocaravana. Cientos de vehículos, de todos los modelos, alquilados o propios, desembocaron esta temporada veraniega en el área de influencia de los Picos, entre playas, ríos y montañas. Nunca antes se vieron tal cantidad de autocaravanas por la zona, aunque bien es cierto que ya el verano anterior, es decir, en 2020, se hizo notar. Eso sí, esta campaña no tiene visos de comparación. Ni de coña. 

 Un tipo de turismo que necesita de una vez por todas ser sometido a una regulación en esta comunidad autónoma. No es por nada, pero resulta atípico y descorazonador contemplar como decenas de ese tipo de “viviendas ambulantes” se arremolinan en cualquier punto de la comarca, bien a través del efecto llamada, para disfrutar a su manera de sus jornadas vacacionales o de ocio, quizás porque no tengan disponibilidad de plazas los distintos campings habilitados en la ribera del Sella, valle del Güeña y, por ende, en el Oriente. O, al contrario, porque prefieran rodar a su bola y “acampar” en cualquier calle o barrio urbano, como ocurrió, sir ir más lejos, en la ciudad canguesa. 

Cangas de Onís se ha convertido en un verdadero “refugio” para muchos de esos grandes vehículos, formando auténticos campamentos en puntos concretos de la vieja capital del Reino de Asturias

Poniendo en dedo en la llaga, visto lo acontecido en estos dos últimos veranos por el suroriente, parece obvio que ya va siendo hora de poner sobre la mesa de las Administraciones y organismos públicos de esta comunidad autónoma cuál es la opción viable para tratar de evitar que cualquier “caravanista” con su gran volumen sobre ruedas vierta las aguas fecales en donde le plazca o deje las basuras –a modo de estela- en cualquier punto de pernocta, sin importarle un pepino la importancia paisajística o turística de la zona que se encuentra visitante. Y conste que no todos lo hacen, pero, en este caso concreto, una imagen vale más que mil palabras. 

Cangas de Onís, se ha convertido en un verdadero “refugio” para muchos de esos grandes vehículos –vaya por delante que las normativas son para cumplirlas, aquí y en Roma-, formando auténticos campamentos en puntos concretos de la vieja capital del Reino de Asturias. ¿Solución? Voces expertas en la materia apuntan a la carencia de áreas específicas en la zona, amplias y dotadas de todos los servicios necesarios. Es posible que tengan demoledoras razones, pero no todo debe ser con carácter gratuito. Toca replantearse la situación, aunque se trate de una moda con visos de no ser nada pasajera, sino todo lo contrario. 

Resulta un tanto extraño que ninguna iniciativa privada se haya puesto manos a la obra para crear una gran área de autocaravanas en los concejos de Cangas de Onís o Parres, por poner sendos ejemplos en plena ribera del Sella

 A estas alturas, resulta un tanto extraño que ninguna iniciativa privada se haya puesto manos a la obra para crear una gran área de autocaravanas en los concejos de Cangas de Onís o Parres, por poner sendos ejemplos en plena ribera del Sella. Mira que existen terrenos golosos al lado de los principales viales de la comarca, tanto de ámbito autonómico como nacional. Puede que algo no cuadre, como podría ser la cantidad de problemas burocráticos con los que se topa cualquier emprendedor por estas latitudes, entre ríos y montañas, aparte de playas. Además, en unos concejos con extensas zonas inundables, por no hablar de las vías férreas. 

Todos son bienvenidos, conste en acta, aunque algo habrá que hacer más pronto que tarde para evitar se repitan situaciones como las vividas estos dos últimos veranos con las autocaravanas, como si fueran apestados en el Paraíso Natural. ¿Un turismo con gran potencial de futuro? Ver, veremos, … no todo es agua de mayo. Seguro que tendrá sus pros y sus contras. Ahora bien, o se toman cartas en el asunto o ese tipo de turismo, al menos el que se acercó en julio y agosto, por no decir septiembre u octubre, será incontrolable a corto/medio plazo en nuestra querida comarca de los Picos de Europa. 

 Me viene a la memoria lo que hace dos décadas atrás se entendía como acampada libre, es decir, montar la tienda de campaña el cualquier prau, incluso sin contar con el beneplácito del propietario del terreno. Ahora, ídem de ídem, a falta de una regulación necesaria e indispensable para las autocaravanas. Dejarán dinero en villas y pueblos, no lo discuto. Pero, volviendo al principio, no todo vale saltándose a la torera la disposición de plazas, cuando están libres, que ofertan los diversos campings de la comarca. Eso sí, algo habrá que hacer desde los despachos oficiales para encontrar alguna solución al dilema.

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