E. F.-P.

«Rodrigo ha alcanzado el Pórtico de la Gloria». Con esas palabras comenzó el responso que el párroco de San Lázaro y capellán de Amigos del Camino de Santiago, Celestino Castañón, rezó ante su féretro. Reflexionó, emocionado, sobre «las veces que habrá contemplado el Pórtico de Mateo, en Santiago». El Camino, dijo, «fue definitivo en su vida, murió cuando caminaba» y así deseó que «para su familia y para nosotros su recuerdo nos sirva como ejemplo de peregrinaje en la vida».

El sacerdote, que mantenía una estrecha relación con Grossi por su vinculación a Amigos del Camino, lo definió como un hombre «dispuesto, entregado, una figura entrañable que no olvidaremos nunca».

Tras el funeral de esta tarde en la iglesia parroquial de San Juan el Real, los restos de Rodrigo Grossi serán incinerados y depositados en un columbario de la capilla del Carmen.

«Su vida trascendió el ámbito de la política; era un docente vocacional, positivo y respetuoso»