David ORIHUELA

Ángel García es el padre Ángel, «el cura del mundo», como lo calificó ayer el nuevo arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, durante la entrega al sacerdote, en un acto celebrado en el Auditorio, del título de hijo adoptivo de la ciudad. García nació en Mieres, pero se siente ovetense porque «en las calles y en las iglesias de Oviedo aprendí a ser hombre y a ser sacerdote». De hecho, uno de sus primeros destinos fue el hospicio de la capital del Principado, hoy hotel de la Reconquista. El Arzobispo abundó en el lugar de nacimiento y de crianza del homenajeado: «Quien es buen hijo de Mieres también lo puede ser de Oviedo». Así que el padre Ángel se considera ovetense, «que somos faltones, pero no ofendemos, y vivimos en el paraíso terrenal».

El alcalde, Gabino de Lorenzo, hizo entrega del título al padre Ángel, al que obsequió con la medalla de la Cruz de los Ángeles, emblema de la ciudad. Además, el Alcalde le entregó un talón bancario de 12.000 euros para un proyecto de emergencia que Mensajeros de la Paz ha puesto en marcha en Haití.

El sacerdote agradeció un reconocimiento «que me da encogimiento de corazón, recuerdos y lágrimas» y, también, la presencia del Arzobispo. Tuvo palabras el padre Ángel para los haitianos, y recordó que hace unos días falleció en sus brazos un niño de 4 años.

Tanto De Lorenzo como el prelado ovetense elogiaron el trabajo del creador, en 1962, de Mensajeros de la Paz. El Alcalde habló del «padre de familia más numeroso del mundo», que ha ayudado en estos años a más de 50.000 menores, «un hombre de bien que ha entregado su vida a los hijos de la miseria, de la enfermedad y de la marginación». Para De Lorenzo, el padre Ángel es «el ejemplo perfecto de la caridad cristiana, un principio que hoy se podría llamar de solidaridad humana», y que atesora una biografía «que es sencillamente la vida de un santo». Por su parte, el Arzobispo afirmó que reconoce en el nuevo hijo adoptivo de Oviedo «lo mejor de nuestra humanidad» e insistió en que «es el cura del mundo entero», aunque pertenezca a la archidiócesis de Oviedo, que ahora preside Sanz.

El padre Ángel terminó su intervención citando a Teresa de Calcuta: «La vida es bella, cuídala; la vida hay que protegerla y defenderla». Por último, el mierense adoptado por Oviedo pidió «que la Santina de Covadonga proteja a Haití».

El Auditorio y la discoteca Jet fueron ayer los dos escenarios de la ciudad en los que la música sonó para recaudar fondos en beneficio de los damnificados por el terremoto de Haití. En el Auditorio tuvo lugar un festival de música tradicional, en la imagen de la derecha, organizado por las formaciones que participan en el programa «Folclore en la calle». En la discoteca, a la izquierda, estuvo Mario («OT») y se subastaron objetos de personajes famosos.