L. S. NAVEROS

El nuevo puente que dará acceso a Soto de Ribera, en el municipio de Ribera de Arriba, podrá entrar en uso el próximo mes de abril «si no surge ningún imprevisto», según aseguró ayer el consejero de Infraestructuras, Francisco González Buendía, que acudió a la obra a presenciar la colocación de uno de los vanos del puente atirantado que sobrevuela el río Caudal.

Al acto acudió el alcalde de Ribera de Arriba, José Ramón García Saiz, que destacó la importancia de la obra para el municipio, que sufre «un problema histórico» por el aislamiento de la capital. «El puente actual tiene unos cien años. Ahora para entrar en el pueblo hay que pasar las vías de Feve y cuando pasan trenes de mercancías con carbón para la central térmica el paso a nivel puede estar cerrado hasta 20 minutos. Eso obliga a estar esperando a que pase el tren, lo que ocasiona problemas graves, por ejemplo, para el caso de emergencias o ambulancias. La caravana de coches llega a veces hasta la carretera nacional, lo que genera peligrosidad y ha ocasionado accidentes. Es algo por lo que llevo luchando desde hace 24 años, que soy alcalde», señaló García Saiz. Por su parte, el consejero de Infraestructuras destacó el volumen de inversión que ha supuesto la construcción del puente, más de 7,3 millones de euros, para un tramo de algo más de 700 metros. Buendía señaló que se trata de una obra «compleja» técnicamente, y la importancia que tiene para las comunicaciones del concejo.