Pienso, luego diseño
Las Jornadas de Motiva arrancaron ayer en la Escuela de Arte de Oviedo con la conferencia de Astrid Stavro, una exposición de Paco Currás y una espicha inaugural
Chus NEIRA
Las Jornadas de Motiva, dedicadas a la promoción del trabajo de los diseñadores gráficos, inauguraron ayer en la Escuela de Arte de Oviedo su XIV Edición. La cita regional de mayor importancia dentro del sector, que organiza el IDEPA en colaboración con la escuela ovetense, la Asociación de Diseñadores Gráficos de Asturias, la Escuela de Arte de Avilés y la Asociación de Diseño Industrial, Dida, puso en marcha su maquinaria con la máxima de que «diseñar es pensar», luego «el buen diseño nace de una buena idea».
Esa fue una de las sentencias breves, aforismo de diseñadora, que soltó Astrid Stavro durante la conferencia inaugural de Motiva, encaminada a analizar a través del análisis de trabajos propios y ajenos de forma y contenido en el diseño. Stavro, armada de un goteo implacable e interminable de fotografías con ejemplos de diseños de todo tipo, con voz suave y discurso tranquilo pero esencial, ofreció un catálogo muy rico de ejemplos que confirmaban la esencialidad del diseño que reposa en la idea. Ella, en su carrera, tuvo que aprenderlo, explicó, olvidarse de las preocupaciones formales que la tuvieron obsesionada algún tiempo. Al final, resumió, se trata de «partir de una buena idea y comunicarla de la forma más sencilla posible, no hace falta adorno».
Entre las muchas imágenes que proyectó, no faltaron clásicos como el logotipo de Fedex o las imágenes aéreas para ilustrar anuncios de viajes, una maravillosa campaña en la que simples fichas de Lego proyectan en su sombra lo que el niño puede imaginar con ellas o los carteles que «The Economist» instaló en la calle con una gran bombilla que se iluminaba al pasar alguien por debajo.
Sus propios trabajos, como el desarrollado para el Forum Laus Europe 2006, que al tratarse de artistas fronterizos basó toda la imagen de la campaña en los pájaros y el mundo de la ornitología, o el proyecto descartado para el Fad Fest que se servía del juego tradicional chino del Tangram (las siete piezas con las que se componen otras figuras) para diseñar una impactante campaña corporativa, le sirvieron para ir dejando caer algunas certezas a las que ha llegado en la profesión y que resumió en su propuesta para los carteles de Motiva, que esté año, en una pirueta autorreferencial, piden abordar «el diseño gráfico». Stavro, convencida de que el diseño lo es «cuando tiene algo que decir», realizó una pieza referida a la tragedia nuclear de Japón, que dibuja la bandera de aquel país sirviéndose de lo que podría ser la gráfica de un seísmo.
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