"Entre Sevilla y Triana", sainete lírico estrenado en Madrid en 1950, se presenta en la coproducción del Arriaga de Bilbao -que acogió su reestreno en 2012-, Teatros del Canal de Madrid, Maestranza de Sevilla y Campoamor de Oviedo. La acción tiene un marcado carácter popular. Sorozábal realizó "un sainete de carácter muy popular, apto para el público en general", aunque con una historia de amor de madre soltera no del todo bienvenida para la época, lo que puede explicar, en parte, el abandono durante décadas de este título. Es todo un Sorozábal, pero no siempre el de "La del manojo de rosas".
Aunque en algún momento parece que puede pesar más la parte dramática, personajes como Angelillo, presentado por el tenor cómico Carlos Crooke -quizás como actor el más convincente-, deja patente la vocación de comedia del género. El papel femenino destacado fue el de Reyes, interpretado con autoridad por Carmen Solís, en romanzas como "Que sepa todo el mundo la verdad". Tras ésta, la Micaela, de Beatriz Lanza, algo más desigual, en "Ay, pobre Sevilla", muy simpática en "Me caso en la mar salada", o en la alegre, costumbrista y participativa "Sevillanas y zorongo". Como rol masculino brilló el asturiano Alejandro Roy, especialmente en su romanza final "Tú que sabes del cariño", la más aplaudida. José Julián Frontal como Fernando se mantuvo en todo momento en un nivel medio-alto. Buena actuación, homogénea, sin brillo especial pero siempre convincente, de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo -efecto tuvo la habanera-, cabe destacar, además la gran implicación escénica. Sobresale la dirección de escena de Curro Carreres. Funciona bien la estética colorista, y desde la llegada del barco el movimiento escénico adquiere siempre en su desarrollo teatral fluida vitalidad. La orquesta mostró la calidad acostumbrada bajo la atenta y clara dirección de Virginia Martínez.