"Acabo de ver un corzo paseando por la acera, creo que aún me dura la borrachera de ayer...". Comentarios como este se sucedieron ayer en las calles de Oviedo y también en las redes sociales para relatar con asombro, la presencia de una cría de corzo galopando por el centro de la ciudad.

La aventura del corzo -el más pequeño de la familia de los cérvidos- duró toda la mañana y realizó un recorrido kilométrico. El animalillo estaba asustado por el tráfico y la presencia de la gente y no se detuvo en ningún momento. Los teléfonos del Servicio de emergencias 112 Asturias, la Policía Local y la Policía Nacional recibieron decenas de llamadas. Las primeras situaban al pequeño "Bambi" en Ventanielles, por donde se cree que entró a la ciudad. Allí recorrió las calles Río Narcea y Joaquín Blume y otras adyacentes hasta llegar a la zona de Los Prados, en Teatinos. Luego subió por la avenida de Pumarín y cruzó General Elorza hacia La Lila; después volvió a bajar a General Elorza y subió toda la calle hasta meterse por Pepe Cosmen. Finalmente fue visto en la zona de la antigua cárcel, en la parte baja de Ciudad Naranco donde se sospecha que abandonó la ciudad, pasadas las dos de la tarde, para regresar al monte, por la falda del Naranco.

La aventura de esta cría de corzo fue seguida de cerca por varias patrullas de la Policía Local y la Policía Nacional, que trataron, sin éxito, de darle alcance para garantizar su seguridad y la de los conductores. "Fue imposible cogerlo, corría como una bala", aseguraron desde la Policía Local.

No es la primera vez que un animal salvaje se adentra en los dominios de la ciudad, donde reside una "fauna" bien distinta a la que están acostumbrados. De hecho, los jabalíes se acercan cada vez más a la urbe cruzando carreteras y dejando rastro de su presencia en fincas de Olivares o Ventanielles.