Las multas por excesos de velocidad detectados por el radar móvil que va rotando por los trece cajetines distribuidos en diferentes calles de la ciudad ascendieron a 3.730 el año pasado. El dato es ligeramente superior al registrado en 2014, cuando el número de denuncias fue de 3.652. En estos casos, las multas van desde los 100 hasta los 600 euros, dependiendo de la velocidad. Este tipo de infracción también puede implicar la pérdida de entre 2 y 6 puntos del carné de conducir.

El Ayuntamiento utiliza desde hace años otros dispositivos para sancionar a los conductores que incumplen la normativa, aunque no están relacionados con la velocidad. Se trata de los semáforos "foto-rojo", que cada día sancionan a más de 70 conductores en cuatro puntos de la ciudad: las dos principales entradas a la capital, en la glorieta de la Cruz Roja y en la plaza de Castilla, y la calle General Elorza y la avenida de Santander.

A pesar de que funcionan desde 2009, el año pasado se tramitaron 21.960 denuncias a conductores que se saltaron un semáforo controlado por "foto-rojo". Cometer esta infracción conlleva la retirada de cuatro puntos del carné de conducir y una sanción económica de 200 euros.