"Si usted va por la calle tranquilamente y, de pronto, le para un señor y le dice: 'Oiga, mire usted: un platillo volante'. Lo más probable es que siga de largo y piense que se trataba de un loco o de un bromista. No le faltaría razón después de todo lo que se ha dicho y escrito sobre esos misteriosos artefactos voladores. Sin embargo, no tome a risa siempre estas advertencias. Porque, a veces, 'algo' camina por el cielo, que es real. Concretamente, ayer, pasó por el cielo ovetense un punto blanco, pequeñísimo y veloz. La gente lo vio y se paró a contemplarlo, intrigada, sorprendida y chismosa. Fuera un satélite, un platillo o un globo, sirvió para sacar a la gente de los cafés, de las oficinas, de las casas y agruparla en corrillos por las calles."