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Oviedo encabeza las ciudades asturianas con más recursos por multas de tráfico

Los abogados especializados llevan a los tribunales una media de tres casos al mes por infracciones en la plaza de Castilla, Cruz Roja o la "Y"

La plaza de Castilla, donde hay instalado un "foto-rojo". IRMA COLLÍN

Los ovetenses son los asturianos que más multas de tráfico recurren en comparación con los conductores de las ciudades con mayor número de habitantes del Principado, como son Gijón y Avilés. Los abogados especializados en este tipo de infracciones trabajan en una media de tres casos al mes ocurridos en Oviedo y reciben una decena de consultas en el mismo periodo de tiempo. La mayoría son ciudadanos que han sido sancionados con la pérdida de puntos del permiso de conducir y deben asumir el pago de hasta 300 euros o más por exceso de velocidad o por saltarse un semáforo en rojo. A juicio de los letrados, tanto el número de recursos interpuestos como el de consultas realizadas son muy altos teniendo en cuenta que, a nivel nacional, ocurre lo contrario "por certeza a perder contra la Administración" y que en las ciudades vecinas la media mensual de casos que cada representante legal lleva a los tribunales no suele superar el par. Además, el "foto-rojo" de la plaza de Castilla y el de la rotonda de la Cruz Roja y el radar del tramo urbano de la "Y" copan las apelaciones.

El letrado Luis Fermín Moreno está acostumbrado a recurrir multas de tráfico de esas localizaciones. De hecho, es el abogado que ha logrado que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Oviedo haya anulado este mes dos multas. Una por exceso de velocidad cerca de la plaza de Castilla (de 200 euros y cuatro puntos del carné) porque las fotografías del dispositivo no eran claras. Y la otra por pasar en rojo en la glorieta de la Cruz Roja (de 300 euros y dos puntos) y en la que el Ayuntamiento no aportó pruebas suficientes para demostrar el buen funcionamiento del radar. Moreno representa ahora a otros dos conductores ovetenses que tras agotar la vía administrativa terminarán en los tribunales. Se trata de un exceso de velocidad en el tramo urbano de la "Y", a la altura de Santullano, y de una multa por pasar en rojo un semáforo en General Elorza. "Los errores o fallos de medición en los radares ocurren en toda España y hay que analizar cada caso para demostrar que la Administración no siempre tiene razón ni chequea religiosamente sus cinemómetros. Las multas están dirigidas a un público que necesita el permiso de conducir y que paga antes de veinte días para ahorrarse dinero y problemas". Según este abogado, la capital asturiana no es la ciudad con más multas del país, pero "tiene calles y radares que son claramente una trampa recaudatoria para los conductores".

Ángela Fernández Carrero, del despacho Luis Pérez, afirma que el éxito del 80% de los recursos ganados en Oviedo se debe a fallos en los radares, "foto-rojos" y etilómetros, aunque a matiza que es difícil que el conductor salga victorioso. "Es difícil ganar a la Administración y si se logra es por fallos en los dispositivos de control, por ejemplo, una imagen defectuosa o poco nítida del coche multado o un mal ajuste de los 'foto-rojos', a los que puede afectar en su funcionamiento la luz y hasta los cambios bruscos de tiempo. E incluso una demora en las notificaciones de las multas, es decir, fuera de plazo".

El jefe de la Policía Local, José Manuel López, pone la mano en el fuego por el buen estado de los sistemas cinemómetros de la ciudad al asegurar que cumplen con la ley y con las revisiones pertinentes. Así, los radares se revisan una vez al año y los postes y demás elementos sustentadores (cajetines y cabinas), cada seis años. "Están homologados y tenemos los certificados en nuestro poder", concluye López.

Otro abogado con experiencia en recurrir multas de tráfico, Manuel García Mancebo, estima que "los conductores se gastan entre 700 y 900 euros en pleitear sus multas y no siempre ganan". Ese dinero va para pagar la minuta del representante legal, el procurador y las tareas administrativas. "Las Administraciones públicas, como los Ayuntamientos, juegan con eso. Saben que la gran mayoría de los conductores no irá al contencioso porque le saldrá demasiado caro. Quizás haya habido en los últimos meses un repunte en los recursos de multas porque ya no hay que abonar tasas judiciales, pero sigue siendo una lucha similar a la de David contra Goliat", sentencia.

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