María Alonso de la Torre (Oviedo, 1979) es licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo y actualmente reside en Zaragoza, donde ejerce como abogada. Realizó su trabajo de fin de máster sobre un tema novedoso en el país, "Los derechos fundamentales de los animales mamíferos en el ordenamiento jurídico español", por el que recibió el prestigioso premio de investigación "Memorial Manuel Carrión Aliaga". Esta ovetense se considera "flexi-vegetariana" y cree que Asturias está desperdiciando recursos económicos por no estandarizar sus productos bajo un sello ecológico que refleje la calidad y el respeto hacia los animales.

- ¿Cómo empezó su interés por el tema los derechos de los animales?

-Siempre me han gustado los animales y el mundo de la ecología. Creo que si volviera a nacer sería veterinaria.

- ¿Es vegana?

-Soy "flexi-vegetariana", lo que no excluye comer carne, pescado o lácteos, pero sí restringe la frecuencia y la cuantía. Mis ideales están cercanos al veganismo, pero me resulta difícil y duro prescindir de ciertos alimentos. No te comes una fabada sin compango, pero sí tengo muy presente que hay que restringir los productos animales. Sin embargo, miro mucho que el producto a consumir sea ecológico y que los animales vivan en unos entornos de libertad.

- ¿Se considera usted animalista?

-Sí, pero entiendo el animalismo como el respeto a los animales sin caer en el "especismo". Esto quiere decir que nuestro raciocinio no nos convierte en una especie superior. Nuestra condición de humanos nos otorga un valor intrínseco, pero eso no quiere decir que los animales no tengan también su valor.

- Usted se centra en los derechos de los mamíferos. ¿Cuál es la situación en Asturias?

-Hay que renovar la ley de protección de animales domésticos, que es del año 2002. Falta reconocer que no se puede permitir el sacrificio de animales ni a los cho días, como dice la ley asturiana, ni a ninguno. También sería necesario reconocer que los animales de compañía son seres sensibles. Habría que hacer más campañas de sensibilización y esto se consigue con una verdadera política educativa dentro y fuera de la aulas.

- ¿Habría que incrementar las multas por infracciones relacionadas con los animales?

-No sólo es cuestión de aumentar la cuantía, sino que se debería revertir ese dinero a las protectoras de animales registradas. En otros países, como Italia, se hace así. Los ayuntamientos deben asumir las protectoras como propias, ya que están llevando a cabo un servicio público. Sin embargo, no se implican en la protección de los animales y tampoco reconocen el trabajo de las protectoras.

- El Colegio de Abogados de Oviedo puso en marcha una comisión de derecho animal?

-Es muy necesario, porque cada vez hay más sentencias relativas al asunto.

- ¿Qué tipo de sentencias?

-En el ámbito civil cada vez hay más sentencias en casos de divorcio o separación para saber quién se queda con el perro o el gato. O para establecer un régimen de visita y custodia compartida. En el ámbito contencioso administrativo se registran muchos recursos por sanciones por maltrato, multas por tenencia de perros de raza peligrosa o por falta de licencias en criaderos.

- Holanda implanta un carnet de amo de perro peligroso. ¿Es una solución?

-El tema de los perros peligrosos está bastante bien regulado, aunque, a veces, sus dueños son irresponsables y existe falta de educación.

- ¿Y las peleas entre animales?

-En Asturias hay distintos espectáculos que no están permitidos. Por ejemplo, las peleas de gallos. Sin embargo, se permiten encierros, toros y el tiro al pichón. Quien no lo cumple puede incurrir en un delito, pero el reproche penal es muy escaso.

- ¿Qué le parece lo ocurrido con el perro que mató al pavo del Campo San Francisco?

-Creo que hay que hacer una labor de investigación. No se puede consentir que un ciudadano incumpla la normativa y escape. Hay que multarlos adecuadamente. Lo que no quieren el resto de propietarios de animales es este tipo de ejemplos.

- Corridas de toros.

-No lo puedo compartir, pero no creo que la solución pase por una imposición de hoy para mañana. Entiendo que una parte de la sociedad española tiene una tradición a la que no le niego su arte, pero esa parte de la población tiene que entender que hay quienes no lo podemos tolerar. Es necesario un consenso social para llegar a un punto intermedio que podría ser, por ejemplo, que el toro no muera y que ello sirva de transición hasta la desaparición. Se trataría de hacer una reconversión.

- ¿Cree que comienza a haber cierta conciencia social sobre el maltrato animal?

-Es un movimiento imparable, pero que, a la vez, no deja de ser minoritario. Es muy necesario que las propia administraciones se impliquen en fomentar el respeto a los animales y a la naturaleza. Todo ello está relacionado con un tipo de economía basada en el bienestar animal. Dar a conocer esto es una labor que corresponde a las administraciones públicas. El futuro de Asturias pasa por un producto de calidad y ecológico.

- ¿No lo estamos haciendo bien?

-Asturias no está a la vanguardia de este movimiento, sino más bien todo lo contrario. El Principado desperdicia una capacidad económica basada en sus recursos naturales desde el punto de vista de una producción sostenible. Resulta paradójico con productos ecológicos por naturaleza porque, en realidad, qué es el pitu de caleya más que un pollo ecológico. Asturias debería dar el paso definitivo e incluir sus productos bajo sellos ecológicos que le permitan dar a conocer su calidad más allá de sus fronteras.