Los usuarios habituales de las Consultas Externas del Hospital Universitario Central de Asturias ( HUCA) están desde esta semana más protegidos. El pasillo que sirve a su vez de lugar de espera para entrar a las salas de Radiología lucía ayer unas viseras que tienen como objetivo evitar la caída de cristales sobre las pacientes en caso de roturas como la que se produjo en una luna de tres metros de alto y uno de largo en ese lugar el pasado 22 de agosto. Aunque en aquella ocasión no hubo que lamentar daños personales, la consejería de Sanidad, que había detectado otros sucesos similares desde 2015, anunció entonces que para tranquilidad de los usuarios se reforzaría la seguridad.

La empresa adjudicataria de los trabajos aprovechó la jornada festiva del miércoles y las horas de otros días en las que no hay tránsito de personas para avanzar en la colocación de unas planchas de metacrilato en disposición diagonal que ejercen la función de bajo techo frente a posibles desprendimientos. En la mañana de ayer sólo estaban completas las dos bandas de uno de los pasillos de Radiología, mientras que en otro sólo se había colocado una y en el restante todo estaba preparado para iniciar los trabajos.

En total, Gispasa, la empresa pública encargada de la gestión de los servicios del hospital, destina a este refuerzo de seguridad 167.000 euros. Todo ello, a pesar de que Sanidad defendió desde un principio que las características de los cristales del equipamiento impiden que constituyan un peligro para trabajadores y pacientes. La consejería sostiene que las lunas están diseñadas de tal manera que, en caso de rotura, lo hacen en pequeños pedazos que no suponen una amenaza seria si llegan a impactar sobre las personas. Asimismo, recuerdan que los casos detectados son escasos para la elevada superficie de vidrios con los que cuenta el HUCA y descartan que se deban a deficiencias de fabricación o construcción.

Aun así, la alarma generada entre los usuarios y empleados que presenciaron las roturas llevó al Principado a buscar una solución a un problema que se manifestó por primera vez en 2015. Entre las medidas que se tomaron, se encargó un estudio a una empresa especializada para que valorase el origen de las incidencias. El mismo arrojó que los materiales estaban en perfecto estado, pero que, de manera aleatoria y por un tipo de impureza, podrían ocasionarse algunas roturas, sobre todo en los primeros años de vida útil. A raíz de estas aportaciones se tomó la decisión de reforzar los pasillos interiores de Consultas Externas por ser los lugares públicos más expuestos ya que cuentan con fachadas de cristal de hasta tres plantas de altura. Otros espacios en los que aparecieron vidrios rotos, como las fachadas, no fueron objeto de ninguna actuación, pues estos cuentan con un doble cristal que hace imposibles los desprendimientos sobre el suelo.

Las obras son aplaudidas especialmente por el personal que a diario transita por el área

Las obras son aplaudidas especialmente por el personal que a diario transita por el área. "Al menos tienes la tranquilidad de que será más difícil que te caiga algo encima", comenta una limpiadora que el pasado 22 de agosto escuchó cómo el cristal se caía cuando acompañaba a un familiar a una consulta. "Por suerte era pleno verano y no pilló a casi nadie por ahí", recuerda acerca de un episodio que provocó la caída de incontables trozos de cristal desde una altura de dos plantas.

El propio consejero de Sanidad, Francisco del Busto, anunció en verano que las viseras estarían listas a lo largo del mes de octubre, aunque finalmente hubo una pequeña demora. La mejora se suma a las obras para crear una cubierta en la entrada de Urgencias, así como el nuevo acceso al aparcamiento de Consultas Externas, si bien estas obras están paradas por carecer de licencia municipal.