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El Calatrava, casi vacío hasta en rebajas

"Somos el único centro comercial sin colas", se quejan los trabajadores, enfadados por la falta de programación navideña

Una joven caminando ayer por los pasillos del Calatrava. IRMA COLLÍN

El centro comercial del Calatrava no levanta cabeza ni tan siquiera por las rebajas. Clientes y comerciantes coinciden en apuntar a la progresiva fuga marcas de los locales del equipamiento y la falta de una programación potente de actividades lúdicas y para niños como principales causas de que los pasillos de las céntricas instalaciones estén casi vacías durante unos días en los que sus competidores están a rebosar de clientes ávidos de gangas y precios ventajosos.

De los 126 comercios con los que contaba el Calatrava cuando abrió sus puertas en el año 2008, apenas siguen abiertos poco más de 40, y las previsiones futuras no son nada halagüeñas. La marcha de importantes marcas comerciales, unido al traslado del Hospital Universitario Central de Asturias y la preferencia por otros polos comerciales de la región hacen del espacio de Buenavista un desierto comercial durante muchas jornadas laborables.

Preguntados sobre si las rebajas suponen un balón de oxígeno para afrontar la cuesta de enero y febrero, los comerciantes del centro comercial de Buenavista se muestran tajantes. "Somos el único centro comercial de Asturias que no tiene ni una cola esta semana", se lamenta el titular de un negocio. El motivo, a su juicio, es "la mala gestión" y falta de creatividad a la hora de lanzar campañas de temporada. "Tenemos una decoración navideña que apenas se ve y es el hazmerreír", indica el mismo empresario.

Otros ahondan todavía más en las críticas a la campaña de Navidad como inicio de una tendencia nefasta para los comercios de la zona. "Ni siquiera tuvimos un Papa Noel o unos Reyes Magos para atraer al público infantil", se lamentan dos empleadas especialmente preocupadas por la deriva tomada este año. "Las navidades anteriores al menos hubo unos hinchables que atrajeron algo de gente, pero estas fueron un desastre", coinciden las trabajadoras, convencidas de que las instalaciones subsisten por el tirón de contadas marcas. "De no ser por la clientela de Primark esto sería un barracón", declaran.

El escaso tráfico de personas es igualmente apreciado por los propios compradores. Los clientes preguntados por LA NUEVA ESPAÑA admiten frecuentar otras grandes superficies para complementar la cada vez más escasa oferta del Calatrava, aunque reconocen que la tranquilidad de no encontrar colas es en ocasiones motivo suficiente para decantarse por Buenavista.

Hay casos como el de Bárbara De la Cruz en los que la cercanía prima sobre otro factor. "Estudio aquí al lado y aunque es mi última opción habitualmente hoy era lo que más a mano tenía", explica la joven, que aprecia cierto declive en el Calatrava. "El cierre de tiendas mermó mucho la oferta y la gente suele elegir otras opciones", indica la estudiante habitual cliente de grandes superficies ubicadas en concejos vecinos como Siero. "Hay más tiendas, cines y restaurantes que suponen una oferta más completa y atractiva para pasar el día", esgrime De la Cruz.

También existen defensores de las bondades de Buenavista como espacio para hacer compras, incrédulos sobre sus problemas para su despegue como referente comercial, al menos de la ciudad. "Es una pena que estando tan céntrico y teniendo aparcamiento gratuito durante hora y media no se atraigan más compradores", manifiesta el vecino de Otero Enrique Hontoria. Este comprador ovetense echa en falta una apuesta para mejorar la oferta de actividades complementarias a las tiendas. "En otros sitios veo que hacen muchas cosas para niños y supongo que les traerá beneficios para captar compradores", añade Hontoria.

La elevada competencia es otro de los factores que detectan por los consumidores de la capital asturiana. "Hay demasiados centros comerciales en Asturias y todos tienen más tiendas y actividades que este", indica Cristina Sancho. La vecina de La Corredoria es de las que admite visitar el Calatrava "en busca de tranquilidad", pero reconoce que la misma viene motivada por el escaso éxito de sus comercios. "Las franquicias buscan otras grandes superficies más concurridas para sus tiendas", argumenta sobre la fuga de tiendas del céntrico espacio ovetense.

Posibles soluciones

La tristeza de los pasillos, plagados de persianas bajadas en algunas zonas concretas del Calatrava, lleva a algunos consumidores a plantear sus propias soluciones. "Faltan marcas de prestigio que arrastren a gente", considera el vecino de El Cristo Diego Villanueva, partidario igualmente de otras iniciativas dirigidas a todo tipo de públicos. "Se deben buscar alternativas de ocio, especialmente para niños y empezar por mejorar la decoración navideña", sugiere Villanueva tras reconocer haberse quedado sorprendido por la carencia de elementos de decorativos durante sus visitas al centro comercial en las recientes fechas festivas. "Vine hace unos días y me chocó apenas ver pistas relacionadas con la Navidad", sentencia.

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