El exceso de agua del campo del Real Oviedo Rugby no sólo trae de cabeza al club, sino también al gobierno local tripartito, que lo trata como una patata caliente que va del tejado de un grupo político a otro. Los últimos en pasarse la patata han sido Somos e el PSOE. Los primeros aseguran que han elaborado un informe a través de la Concejalía de Deporte sobre el estado de las instalaciones del Naranco para que la Concejalía de Infraestructuras -liderada por los socialistas- lo analice y calcule el coste de los arreglos. Desde el PSOE niegan haber recibido ese documento y desde Somos afirman haberlo enviado a la edil Ana Rivas entre el 22 y el 23 de enero.

Entre tanto, el terreno de juego del Oviedo Rugby parece una piscina de waterpolo y la cesión de su titularidad (el campo es del Principado) sigue paralizada. El PP ha pedido en varias ocasiones que ambas Administraciones lleguen a un acuerdo sobre la titularidad y financien la reparación e instalación de césped artificial allí y en el cercano campo de fútbol del Vallobín. Los populares hicieron ayer la petición ante el Pleno municipal en forma de moción de urgencia, pero el tema ni siquiera llegó a tratarse porque la sala rechazó la urgencia. El estado del campo de rugby del Naranco ha empeorado notablemente en los últimos días por las fuertes lluvias e incluso las imágenes del lodazal en que se convertido se comentan en otros países por la prensa y las redes sociales.

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