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Carlos Rebate, ayer, antes de su conferencia en el Calatrava.LUISMA MURIAS

CARLOS REBATE | Informático, autor de varios libros sobre éxito empresarial

"Una sola máquina tendrá más capacidad de cálculo que toda la humanidad en 2050"

"La revolución del conocimiento no sustituirá al hombre; hará desaparecer unas actividades, pero generará otras"

Carlos Rebate es uno de los gurús, ahora conocidos como "influencers", empresariales más conocidos del país. Titulado en Informática, este cacereño afincado en Madrid cuenta con doctorados en Filosofía e Inteligencia Artificial, además de una amplia formación en dirección de compañías. Lleva diez años trabajando como responsable de soluciones de inteligencia artificial de la compañía Indra y es autor de varios libros sobre cómo lograr el éxito en los negocios. Ayer ofreció una conferencia en un encuentro de cuarenta empresas asturianas celebrado en el Calatrava.

-¿Cuál es el objetivo de su conferencia?

-Poner en contexto cosas que están pasando ahora mismo. La evolución exponencial de la tecnología y la capacidad de cálculo y como llegará un punto en que la humanidad tendrá que tomar una decisión como especie, si seguimos evolucionando tecnológicamente o seguimos el perfil de intelecto humano.

-¿Llegará el momento en que las máquinas decidan por sí mismas?

-Podría ocurrir. Lo que está claro es que la capacidad de cálculo crece, los datos son más masivos. Esa capacidad se cruzará con la inteligencia humana en torno a 2050. Para entonces, una máquina de unos mil euros tendrá más capacidad de cálculo que toda la población mundial junta. Llegará un momento que la siguiente evolución humana esté fuera del cuerpo, en la tecnología.

-¿Hay peligro de sustitución humana?

-Es la cuarta revolución industrial o la segunda era de la máquina. No veo sustitución, sino que desaparecerán unas actividades y nacerán otras. Sí es cierto que con menos personas se producirá más.

-¿Qué oportunidades de negocio ve en esos cambios?

-Veo microoportunidades. Si haces algo especial y que te apasiona podrás vivir de ello. Hace 20 años podía encantarte algo, pero cerca de ti había poca gente que lo compartía. Ahora puedes llegar a buscar todo el planeta y encontrar, por ejemplo, 800 personas a las que les apasiona lo mismo. Es un nicho de mercado pequeño del que podrías vivir si están dispuestos a gastarse una cantidad fija en ti.

-¿Afectará a las grandes compañías?

-Ya están cambiando las macrooportunidades. Vemos cómo hay plataformas de alquiler de viviendas turísticas como Airbnb sin activos que tienen cuatro veces más de capitalización bursátil que la mayor cadena de hoteles. Con menos empleados generan más impacto económico y hacen cambiar el modelo de negocio.

-¿Cómo podemos prepararnos para esta revolución?

-Hay que estar dispuesto a ser nómadas del conocimiento. Comunicar y aprender más, ser más líquido y abierto de mente.

-¿Morirá el sistema educativo actual?

-Ahora mismo ya puedes estar estudiando con un profesor que te encanta con una simple conexión a internet. Hay cursos mejores a coste cero en la red que los que puedas tener en las universidades. Se está democratizando el acceso a la información. Hasta la fabricación corre peligro con la pujanza de las impresoras 3D.

-¿Puede la tecnología frenar la despoblación de regiones como Asturias?

-No entiendo por qué la tendencia sigue siendo concentrarse en las ciudades. No obstante, creo que la tecnología nos permitirá llegar a modelos de ciudad más sostenible y poder trabajar desde allí donde haya internet.

-¿De qué manera ejecuta sus tesis a su empresa?

-Estamos mejorando procesos y haciéndolos más eficientes. Esto nos permite ahorrar recursos que destinamos a otras empresas. Todo ello aliñado con una dosis de humanidad, que es una herramienta al final que hace mejor lo aportado por la máquina.

-¿Siempre tuvo la misma idea de empresa?

-Siempre he tenido la mente abierta. He disfrutado de los cambios y el caos. Estamos en un momento relevante en la historia de la humanidad. Se puede vestir en negativo, pero yo lo veo en positivo. El siglo XXI equivaldrá a 20.000 años de progreso y yo lo veo desde el lado positivo de que debemos de aprovecharlo.

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