Los resultados de las fases de prospección y recogida de datos para la redacción del nuevo plan municipal de movilidad urbana ponen de manifiesto que Oviedo está desaprovechando el potencial que tienen sus apeaderos urbanos de ferrocarril para aliviar el tráfico por las calles de la ciudad y para reducir la alta dependencia del coche, que copa el 60% de los desplazamientos internos.

El área municipal de Urbanismo, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, maneja un plan para que las estaciones y apeaderos de la ciudad se conviertan en la base de un tren urbano, con un funcionamiento similar a un metro y frecuencias de cinco o siete minutos. En concreto, el proyecto consiste en la implantación de dos recorridos, uno de ellos en ancho ibérico (Renfe) y el otro en ancho métrico (Feve). El primero cubriría el trazado entre Lugones y Las Segadas, con paradas intermedias en La Corredoria, Uría, Llamaquique y El Caleyu. El segundo itinerario iría desde Colloto a San Claudio, deteniéndose el tren en Parque Principado, La Corredoria, Uría, Vallobín, la Argañosa, Las Campas y San Claudio.

De acuerdo con este plan, el centro del entramado ferroviario sería la estación de la calle Uría, que se transformaría en un gran intercambiador de trenes, autobuses y taxis, con el objetivo de lograr la mayor intermodalidad.