Cuando el productor Javier Limón le preguntó al pianista cubano Bebo Valdés cuántos días reservaba el estudio para grabar "Lágrimas negras", Bebo respondió: "dos por si acaso".

Sony, que sacaba el disco del cubano con el cantaor español Diego el Cigala tenía calculado sacar a la venta 25.000 ejemplares de ese experimento de fusión. En aquel estudio todos dudaban de que se llegasen a vender todas las copias menos Bebo, que estaba seguro de que lo que estaban haciendo era histórico. Por respeto reverencial a los mayores nadie le dijo lo contrario aunque al final quien le dio la razón fue el tiempo. "Lágrimas negras" vendió más de un millón de copias y cambió, en opinión de muchos, la historia de la música. Lo dijo ya de aquella, con motivo de la presentación del disco, el poeta ovetense Ángel González que definió el trabajo como "una extraordinaria amalgama en la que la canción antillana suena a cante, y al revés".

Eso fue hace 15 años y Bebo Valdés, que cumpliría 100 años el próximo mes de octubre falleció en 2013 en su casa de Estocolmo. Pero "Lágrimas negras", aquel proyecto del director Fernando Trueba y su Estudio 54, sonará de nuevo este jueves en Oviedo con Diego el Cigala. Será en el Auditorio Príncipe Felipe (20.30 horas) como cierre del ciclo "Latidos".

El Cigala está de gira de aniversario de aquella bestialidad de disco y llegará a Oviedo acompañado de Jaime Calabuch (piano), Israel Suárez (percusión) y Julio César Valdés (contrabajo). Sonarán los clásicos que llevaron a aquel trabajo a conquistar el mundo y obtener el premio Ondas, el Micrófono de Oro, cinco premios Amigo, tres Premios de la Música y, en especial, dos Grammy y cinco nominaciones a los Grammy Latinos.

La sintonía entre Bebo y El Cigala se convirtió en algo tan sólido que el mundo se rindió a su música, una música que recuperaba clásicos caribeños para convertirlos en universales. Aquellas "lágrimas negras" se derramaron por todo el mundo y lo siguen haciendo 15 años después de la mano de El Cigala, que llega a Oviedo con gira aniversario pero que acaba de editar su último trabajo de estudio, "Indestructible", y tras haber girado con la gran diva de la música cubana Omara Portuondo.

"Lágrimas negras", que toma el título de una de las canciones del disco, el bolero compuesto en 1930 por Miguel Matamoros, incluye los grandes clásicos de la canción cubana y joyas como "La bien pagá". Fue un experimento que salió mejor de lo que todos esperaban, menos el visionario Bebo, y que cambió la música para siempre, que llevó a muchos a arriesgarse a unir voces y talentos. Sin aquel juego que se grabó casi a hurtadillas no hubiesen existido muchas otras cosas. Más allá de ventas, de llenos en los teatros de todo el mundo y de premios recibidos, "Lágrimas negras" lo ha superado todo y es parte de la memoria colectiva. Pasado mañana se podrá recuperar en vivo en Oviedo toda esa emoción. Las entradas se pueden comprar en la taquilla del teatro Campoamor o en la página web del Ayuntamiento.