"Soy una superviviente del genocidio a la Unión Patriótica de Colombia. Mi familia fue exterminada. Por ejemplo, a uno de mis hermano lo mataron en 1987 y otros dos están desaparecidos". Gloria Amparo Forero puso ayer los pelos de punta a representantes políticos del Ayuntamiento. Ella fue uno de los cuatro colombianos que fueron invitados al salón de plenos municipal para relatar las traumáticas experiencias que les han llevado estar en pisos de acogida de Gijón como parte de un programa asturiano de atención a las víctimas de violencia en Colombia. Atentados y asesinatos que quedan impunes y sobre los que planea la sospecha de intereses empresariales creados y grupos paramilitares.

El Alcalde les recibió junto a los concejales socialistas Marisa Ponga y Diego Valiño; la primera teniente de Alcalde Ana Taboada y el edil Rubén Rosón (Somos); el concejal de IU, Iván Álvarez; y los ediles del PP, Belén Fernández y Gerardo Antuña. El Ayuntamiento apoyó por unanimidad ofrecer su apoyo a estas personas, un total de cinco (la última llegará en los próximos días) que aterrizaron el 23 de mayo en Asturias para quedarse un total de seis meses antes de regresar.

Un mes después de vivir en Asturias, el balance que hacen los cuatro es muy positivo, pero temen lo que pueda pasarles al volver. El plan de acogida se puso en marcha hace diecisiete años. Desde entonces, 113 colombianos han residido temporalmente en Asturias. De ellos, dos fueron asesinados al regresar a Colombia y siete sobrevivieron a atentados. Los fallecidos fueron Luciano Romero y Henry Ramires.

"La situación no ha mejorado pese a la firma de paz con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Los ciudadanos no pueden resistir y se van para huir de la masacre diaria", explicó ayer el director del programa de refugiados colombianos en Asturias, Javier Orozco, que también abogó por paralizar la importación asturiana de carbón procedente de Colombia. "Ese carbón tiene un alto coste humano en su país de origen y produce problemas medioambientales. Además, en Asturias quita puestos de trabajo y empobrece la economía regional". Junto a Gloria Forero, también contaron su experiencia Annie Ravelo, Néstor Adolfo Díaz y Diego Alejandro Rojas. Todos coincidieron en que grandes empresas hidroeléctricas están contribuyendo a aumentar el nivel de violencia en Colombia para hacerse con territorios ricos en agua.