Elena FERNÁNDEZ-PELLO

El viola asturiano Jesús Rodolfo, formado en el Conservatorio de Oviedo y reconocido internacionalmente como una estrella en expansión, se despidió de los escenarios españoles ayer, en su tierra y con un gran éxito. El intérprete ofreció un recital con el programa de su segundo trabajo discográfico, el más reciente, con obras de Bach, Hindemith y Ligeti, y se ganó al público con su virtuosismo y su energía.

Jesús Rodolfo levanto expectación entre los melómanos ovetenses, que ayer formaron una larga cola a las puertas del palacio de Velarde. Decenas de personas se quedaron fuera del concierto, uno de los organizados este verano en el Museo de Bellas Artes, por falta de aforo.

En la hora que duró el concierto, el músico interpretó las obras que dan forma a su disco "Transfixing Metamorphosis". Empezó por el academicismo de Bach, con su sonata para violín nº 3 en do mayor, BWV 1005; siguió con la rebeldía de Hindemith, con su Sonata para viola Op. 11 nº 5, y acabó con la Sonata para viola de Ligeti, compositor de bandas sonoras para Kubrick -entre ellas la muy reconocible de "2001: una odisea en el espacio"-.

El talento de Jesús Rodolfo, que recientemente tocó en Madrid con la Orquesta Nacional y que ahora regresará a Estados Unidos, donde tiene fijada su residencia, fue recibido ya desde el inicio del recital con aplausos y bravos del público.