La posibilidad de alargar durante una hora cada noche de las fiestas de San Mateo en el Antiguo aterroriza tanto a residentes como a empresarios de la hostelería. Los vecinos ven "una salvajada" permitir a los chiringuitos abrir hasta las cinco y media de la mañana durante las vísperas y festivos, así como hasta las 3.30 horas el resto de días, tal como han pedido los responsables de las casetas festivas al Ayuntamiento. Los hosteleros interpretan la solicitud como "una bofetada más" a sus intereses económicos durante las fiestas, previstas entre el 13 y 24 de septiembre. Festejos, por su parte, evita pronunciarse y traslada la decisión final a la Junta de Gobierno, según el concejal Roberto Sánchez Ramos, "en busca de consenso".

Los principales detractores de la medida son los habitantes del Antiguo. A su juicio, aumentar la actividad de las casetas en horario nocturno atenta contra los derechos de los residentes. "Ampliar esta atrocidad contra la salud pública es lo último que le faltaba a este concejal", indica el presidente de la asociación de vecinos del Antiguo, Juan García, convencido de que la decisión está tomada. "Es una salvajada y una barbaridad muy propia de Roberto Sánchez Ramos", espetó a un concejal al que pide "más cultura y menos apuesta por este tipo de ocio".

Otros se muestran más comedidos, pero defienden igualmente mantener los horarios establecidos en 2010, con el PP en el gobierno municipal, cuando se marcó el cierre a las 4.30 horas en los festivos y sus vísperas y las 2.30 horas en las jornadas lectivas. "Las franjas actuales están bien porque son muchos días de fiesta en que los vecinos pierden sus hábitos de descansos", declara el presidente de la asociación de vecinos Oviedo Redondo.

La propuesta de los chiringuitos levanta ampollas en el sector hostelero. Para Otea, la intención del Consistorio de "valorar" la propuesta de los titulares de las casetas de abrir una hora más supone un golpe más a su papel en la economía ovetense. "Cada noticia que sale del Ayuntamiento es una bofetada para los hosteleros", se queja el responsable de Otea en la ciudad, David González Codón, consciente de que la prolongación de la fiesta en torno a los chiringuitos "mermará aún más las ventas de los locales".

A juicio de la hostelería local, la respuesta municipal a la propuesta de los representantes de las asociaciones que regentan los chiringuitos es inadmisible. "Si pidiésemos lo mismo los hosteleros sería un escándalo", apunta el presidente local de Otea acerca de una idea que, a su entender, "beneficiaría a los de siempre: los partidos políticos".

Falta de diálogo

La patronal critica duramente al Ayuntamiento por obviarles en este tipo de decisiones. "No se contó con la hostelería para nada y no hay ninguna intención de mejorar las fiestas", apunta González Codón, cansado de tender la mano al gobierno municipal para pactar un nuevo modelo festivo. "Como siempre se hacen las cosas tarde y mal", denuncia.

Por su parte, el concejal de Festejos, Roberto Sánchez Ramos, evitó pronunciarse definitivamente por la postura a tomar en este asunto. Su compromiso, aseguró, es el de llevar la demanda de los chiringuitos a la Junta de Gobierno y pedir a esta que se moje sobre el asunto. "Hay que buscar consensos", sugirió el edil, quién aventuró una decisión final reflexionada, "teniendo en cuenta la excepcionalidad de la fiesta y a los vecinos".

El edil de Festejos, de IU, apuntó como prioridad a la hora de las negociaciones, alcanzar acuerdos para garantizar la perpetuidad de la celebración. "Lo que no queremos es generar conflictos como los que tuvo en su día la Semana Negra de Gijón y que tan mal efecto tuvieron para una cita tan emblemática", declaró, confiado en lograr una decisión que contente a todas las partes.

Por su parte, Ciudadanos, Luis Pacho, instó a "despolitizar" las casetas y que las gestiones "asociaciones sin vinculaciones a partidos". Para el edil Luis Pacho "es un hecho que en Oviedo existen chiringuitos gestionados por asociaciones pantalla de partidos políticos". Como prueba, recuerda que "es habitual ver al Alcalde o a concejales del PSOE e IU sirviendo bocadillos, mojitos o gestionando las cajas" de las casetas.