Los empresarios interesados en convertir el viejo edificio de Silicosis del Cristo en una residencia de estudiantes del MIR ponen dos condiciones indispensables para realizar una inversión inicial de entre 8 y 10 millones de euros: agilidad en los trámites administrativos y un consenso total de los partidos políticos y colectivos vecinales.

Los inversores aseguran no estar dispuestos a esperar durante años para recibir luz verde a sus planes en El Cristo. "La intención es la de invertir ya, o de lo contrario los empresarios perderán interés por el proyecto", sostienen ante el temor de que las trabas urbanísticas y administrativas bloqueen una construcción por la que no están dispuestos a esperar más de dos años.

Del mismo modo, condicionan su apuesta empresarial a la obtención de un consenso político total. "No podemos estar supeditados a intereses electorales o cambios de gobierno", indica el director Invertresa, Carlos Fuentes, dejando claro que la empresa RyA Residencial "no quiere incertidumbres".

Para lograr el acuerdo de todas las partes, la compañía madrileña iniciará en los próximos días una serie de reuniones con representantes de todos los grupos políticos del Ayuntamiento y la Junta General del Principado, además de volver a reunirse con la asociación vecinal La Muria para tratar de hacer frente común para acabar con el abandono del viejo hospital.

El grupo municipal de Izquierda Unida fue el primero en dar ayer la bienvenida a la propuesta empresarial. A juicio del edil Iván Álvarez, la de crear una residencia para los MIR en Silicosis es "una buena idea para mejorar el campus universitario" del Cristo y por ello se comprometen a trasladar esta y otras propuestas que vayan surgiendo a la junta de distrito correspondiente. "Lo importante es continuar la negociaciones y trabajos entre administraciones, siguiendo el plan marcado para recuperar la zona", explicó Álvarez.