Oviedo podría estar ante su gran oportunidad de definir un proyecto de futuro para La Vega. Artistas y técnicos de la ciudad coinciden en que el éxito cosechado por los actos que convirtieron a la antigua Fábrica de Armas durante siete días en la Factoría Scorsese de la mano de la Fundación Princesa de Asturias ha supuesto "un gran impulso" para poner los cimientos de "un plan ambicioso" que permita convertir el complejo industrial en un centro de usos culturales, sociales y artísticos, abierto al público todo el año. Es uno de los objetivos de la ciudad, que porfía hace tiempo con Defensa, propietaria de los terrenos, para conseguir su cesión, una vez que ya no hay actividad industrial allí.
Todos coinciden en que el abanico de posibilidades que brinda La Vega es inmenso, pero las propuestas abarcan un amplio abanico. Desde industrias culturales vinculadas al emprendimiento con denominaciones variopintas como "laboratorio o paraíso creativo" hasta instalaciones para personas de la tercera edad o "una especie de Talud de La Ería a lo grande". Las propuestas son numerosas y por ello exigen a los políticos "concretar un proyecto" como punto de partida para "iniciar la pelea", la lucha para constituir una industria cultural en la capital asturiana.
Muchos apuntan a la necesidad de utilizar La Vega para "llenar el vacío cultural" de la ciudad. Así opina la historiadora del arte, Sonia Santacoloma, autora de "Descubriendo los secretos de La Vega", un libro de título elocuente. "Necesitamos apuestas vinculadas a la cultura, pero que generen riqueza para hacerlas sostenibles", indica, cansada, dice, de asistir a una fuga de talentos diaria. "Tenemos artistas superpreparados, pero no tienen más remedio que irse", apunta al tiempo que propone dotar a los terrenos de un centro cultural y artístico con cabida para cursos de Formación Profesional y recuperación de oficios antiguos.
Cristina De Silva es conocedora de primera mano del éxito de las iniciativas en La Vega tras preparar varios espectáculos en la misma, pero se muestra prudente a la hora de hablar sobre la creación de usos diarios. "Da muchas posibilidades, pero un centro cultural no es viable si no existe un plan profundo y bien analizado", comenta. "No es lo mismo una programación de diez días que tener que atraer gente durante todo el año", puntualiza.
El arquitecto Ignacio Ruiz cree que es el momento de lanzar una apuesta arriesgada. "Hay que hacer algo diferente y mi idea es la de un paraíso creativo en el que personas investiguen e innoven sin trabas fiscales ni administrativas", destaca el técnico, reconociendo la dificultad de ponerlo en marcha con la legislación vigente. "La idea es hacer algo que no existe, pero si no cambian las leyes será difícil", reconoce.
En la misma línea de buscar un campo innovador para La Vega se pronuncian desde la Escuela de Arte. "Oviedo necesita un laboratorio creativo de artes plásticas y podría aprovecharse La Vega para crearlo", comenta el profesor de historia del Arte, Santiago Martínez, sin destacar otro tipo de usos en la zona.
Otros, como el director artístico de la Noche Blanca, José Castellano, instan a fijarse en modelos ya conocidos. "Se tiene que pensar en un proyecto cultural y social a largo plazo como, por ejemplo, el del Matadero de Madrid", sugiere, mostrándose partidario de un plan "por fases" para ir incorporando usos a la fábrica.
Por su parte, el arquitecto José Ramón Fernández Molina consideran que hay superficie suficiente en la zona para desarrollar espacios "culturales, tecnológicos, innovadores e industriales", además de "desarrollos urbanísticos" que podrían compensar la cesión de los terrenos por parte de Defensa. Para el técnico, lo importante es aprovechar el tirón de la fábrica para buscar soluciones. "La visita de la Reina y Scorsese es un impulso para el reto de dar uso a un espacio increíble", destaca Fernández Molina.
