Hablar de Victorio y Lucchino no es nada comparable a hablar de José Víctor Rodríguez Caro y José Luis Medina del Corral, los nombres que se esconden detrás de esta legendaria firma de moda española. Y no porque sus nombres no sean importantes, sino porque su labor en el sector, en el que ingresaron en los años 70, en su Andalucía natal, ha sido tan brutal que lo creado ya habla más que el creador. Y, en contra de lo que se pueda imaginar, les encanta este segundo plano. "Nunca nos ha gustado hablar de nuestra vida privada. Podríamos haberlo hecho, haber sacado 'cacho', porque hemos estado siempre rodeados de personas muy importantes. Pero a nosotros lo que nos interesa es la moda, crear, diseñar y que se hable de nuestro trabajo". Así que, objetivo conseguido. Muchos podrían haber pensado que, tras la época oscura que la firma ha sufrido en los últimos años, al entrar en un proceso concursal que acabó en los tribunales y que les ha prohibido ser administradores de una empresa de moda durante dos años, Victorio y Lucchino pasarían a mejor vida. Pero nada más lejos de la realidad. "Todo está solucionado y estamos con más fuerza que nunca", afirman. Y se plantean un nuevo objetivo: demostrarlo esta tarde en su vuelta a las pasarelas españolas. Un regreso por todo lo alto, que será el broche de oro de la segunda edición de la Pasarela Campoamor.
- Un regreso a España por todo lo alto.
-JOSÉ LUIS MEDINA: Regreso no, porque en realidad nunca hemos parado.
JOSÉ VÍCTOR RODRÍGUEZ: Estuvimos en México, en Perú, y la temporada pasada en Colombia, de donde venimos muy contentos. Aunque sí es un regreso a España presentando colección. Y estamos encantados de que sea en Oviedo, una ciudad que nos encanta y con una experiencia nueva, nunca habíamos presentado en un teatro. Y encima con una orquesta y una soprano. Es algo único.
- ¿Cómo es la propuesta de Victorio y Lucchino para el verano 2019?
-J.V.R: Mucho color y mezcla. Hay tejidos muy ricos y variados y novedades como el terciopelo de seda y un tejido tecnológico que usamos para los trench.
-J.L.M.: Todo está muy pensado, desde las joyas hasta los complementos. La colección se llama "El color que da la vida" y está inspirada en todo lo que lo compone el mundo y le apetece llevar a la mujer de hoy.
- ¿En qué punto se encuentra ahora su firma tras los conocidos problemas financieros?
-J.LM: Fenomenal, nunca hemos dejado de vender. Hemos tenido un problema, como casi todos, pero ya está solucionado. Nos han dicho que no podemos ser administradores de una empresa durante dos años, pero cualquiera puede serlo.
-J.V.R: A nosotros nos importa la parte creativa, a lo que siempre nos hemos dedicado. A diseñar. Y las licencias siempre han ido estupendamente. Las gafas, los perfumes? somos la marca de moda española que más vende en perfumes.
-J.L.M: Y no estamos en la pasarela de Madrid, pero no porque nosotros no hayamos querido. Sino porque la señora Charo Izquierdo -directora de la pasarela- no ha querido.
- ¿Lo han pedido?
-J.L.M: Claro. Durante los dos últimos años. Cumplimos con todos los requisitos, incluso con las cifras de venta. Dudo mucho que algunos de los que están las alcancen. Pero la organización nos dice que no hay sitio para nosotros. Ellos verán.
- ¿Está en un buen momento la moda española?
-J.V.R: No, además de que estamos huérfanos de apoyo institucional y de la prensa nacional, hay mucha carencia de creatividad y de nivel.
-J.L.M: Todo el mundo quiere ser diseñador, pero eso es como querer ser médico o periodista. Unos pueden y otros no. Hay que tener talento, y ahora se ha perdido el entusiasmo y la pasión que había hace años, tanto entre los diseñadores como entre los clientes.
- Explíquense.
-J.L.M: Antes una mujer vestía orgullosa una falda de Jesús del Pozo o un vestido de Victorio & Lucchino. Le gustaba que se reconociera y valoraba esa calidad, ese diseño, ese estilo inmortal. Ahora no, no se sabe ni qué llevan puesto, van horrorosas. Hay clientas que vienen al atelier y nos dicen que siguen usando el vestido que hicimos para su madre porque nunca pasa de moda. Eso es diseño.
- Todo lo contrario al "fast fashion" o el "low cost".
-J.V.R: Efectivamente. El "low cost" tiene mucho mérito y siempre lo hemos dicho. Los sueldos han bajado, los impuestos han bajado, poca gente se gasta 800 o 1.000 euros en un vestido si no es una ocasión especial
-J.L.M: Pero, ¿se cuenta que esa prenda se vende a precios tan bajos porque se fabrica en determinados países, con unos sueldos y con unas tarifas reguladas por su gobierno de turno? Ese es el verdadero estudio que hay que hacer. Y, lo peor, la gente ya no sabe lo que es un buen acabado, un buen tejido, o la marca España. El alma, el arte y el gusto se han perdido. Y ese es el futuro. Una pena, pero nosotros seguiremos en nuestra línea. Hay Victorio y Lucchino para rato.
