La pista de hielo del paseo del Bombé aspira a batir los récords de asistencia de los dos precedentes sobre la colocación de un equipamiento de esta naturaleza en la ciudad, en 2014 y 2016. El concejal de Festejos del Ayuntamiento de Oviedo, Roberto Sánchez Ramos, confía en que la pista supere los 40.000 usuarios desde ayer hasta el 7 de enero gracias a la "excelente ubicación" de la misma. El Alcalde, el socialista Wenceslao López, descartó posibles daños en el firme del Campo de San Francisco derivados del anclaje de la instalación.

El PP denunció esta semana que para la colocación del equipamiento se habían clavado 152 tornillos en el suelo del paseo. Así lo admitió la propia concejala de Infraestructuras, la socialista Ana Rivas, quien anunció la apertura de un expediente. Sin embargo, el Alcalde negó ayer que la colocación de la pista de hielo en el Bombé, después de dos experiencias previas en Porlier y la plaza de la Catedral, tenga consecuencias negativas para el Campo. "Cumplimos a rajatabla con las normas relacionadas con el patrimonio, aunque le moleste a una minoría", dijo en referencia a las críticas de la oposición.

Polémicas aparte, varios miembros del equipo de gobierno participaron ayer en la inauguración de los 400 metros cuadrados de pista de hielo y la cafetería de 200 metros cuadrados instalados en la parte alta del Campo. Las instalaciones permanecerán abiertas hasta el 7 de enero.

La concejala de Infraestructuras, la socialista Ana Rivas, la única junto a Sánchez Ramos que se animó a probar con los patines, destacó la importancia de la pista tanto para dinamizar el ocio durante las fiestas navideñas como para generar empleo. "En total se generan 35 puestos de trabajo temporales", indicó la edil.

Cuestión de equilibrio

El precio para la utilización de la pista es de tres euros la media hora, más un euro por el alquiler de los patines para los niños y cuatro euros la media hora en el caso de los adultos. Para los no iniciados habrá personal dispuesto a darles unas primeras nociones. "La cuestión es tener un poco de equilibrio y en cogiendo confianza dejarse llevar", comentó la empleada de la pista Aida Saiz, convencida del éxito de la iniciativa entre los más pequeños. "Los niños son como esponjas y aprenden a patinar en cuestión de minutos", explica, apuntando otros consejos como la necesidad de ajustarse bien los patines y comenzar el recorrido en las proximidades de la barandilla para evitar caídas inesperadas que puedan lastrar una tarde de diversión sobre hielo.