Los trabajadores de la oficina de Liberbank de la plaza de Cuatro Caños, en La Corredoria, se llevaron ayer un susto que al final quedó en eso, en un fuerte sobresalto a media mañana de un viernes. A las doce y media un hombre entró en la oficina armado con un cuchillo y con intención de llevarse todo el dinero. Con lo que no contaba el atracador era con que a las puertas del banco le esperaran un policía de 65 años jubilado desde el año pasado y su hijo, de 33 y militar de profesión. "Vi salir una chica gritando y reaccioné de inmediato, ni lo pensé", relató el exagente en conversación con varios conocidos tras el suceso.

Al percatarse de lo que estaba sucediendo, el exfuncionario, -que formó parte durante más de una década del GEO, el grupo de élite de la Policía Nacional y que trabajó en la Unidad de Intervención Policial de Oviedo-, le ordenó a su hijo que cubriera la entrada al banco por la derecha. El joven -que ha estado destinado en varias misiones en el extranjero en países como Afganistán o Irak y que ayer por la mañana se dirigía a la sucursal bancaria con su padre como un día cualquiera-, alertó además de lo que sucedía a la centralita del 091. "Desde donde estábamos cada uno cubría un lado de la entrada pero no veíamos lo que pasaba dentro, sólo un grupo de clientes arrinconado", contó el funcionario jubilado.

Durante la vigilancia de la sucursal realizada por el expolicía y su hijo otro cliente abandonó la oficina sin que el atracador se diera cuenta. Poco después salió de la sucursal el propio delincuente. Llevaba la cara descubierta -sólo se cubría con una capucha-, era un chico "joven con una cara rechoncha y de unos 30 años", según los testigos.

El exagente dejó que el chico avanzara un poco por la calle. No quería "poner en peligro al resto de viandantes, a esas horas había mucha gente en el barrio y había que actuar con cuidado", contó. Además, el chico salió con las manos en los bolsos, por lo que había temor a que llevara un arma. El jubilado siguió al acusado con la mirada y luego, cuando ya se encontraba en una zona menos transitada, trató de darle el alto. Le gritó y el atracador echó a correr.

En un primer momento, los vecinos de la zona pensaron que se trataba de dos atracadores ya que vieron a dos personas salir corriendo. Pero nada mas lejos de la realidad. El expolicía persiguió al asaltante por varias calles hasta que no pudo más. A pesar de todo, muchos compañeros reconocían su labor ayer por la tarde y no dudaban incluso en calificarle del "héroe de la Cuatro Caños". "No duda en poner su vida en peligro por los demás. Ni aunque ya esté jubilado", relató uno de los conocidos del exagente en conversación con este periódico. Tras la fallida carrera, el agente aportó la descripción del atracador a los compañeros que se hicieron cargo de la investigación.