José Luis Díaz Ramos, el ovetense que se sentó esta semana en el banquillo como único acusado de perpetrar el crimen de Salesas, durmió ayer en su casa como cualquier ciudadano libre. El jurado popular designado para el proceso considera que los "indicios" inculpatorios planteados durante el juicio por el fiscal y la acusación particular no son suficientes como para probar que el "Gochín de Ventanielles" -así es conocido el acusado en Oviedo- fue el autor de las dos puñaladas que acabaron con la vida de José Manuel Fernández en el cuarto de basuras de su edificio. El acusado, que se enfrentaba a 25 años de cárcel y llevaba preventivo en Villabona desde junio del 2017, la fecha del asesinato, fue declarado no culpable por mayoría. De los nueve miembros del jurado, siete votaron a favor de dejarle en libertad.

A la hora de argumentar su veredicto, los integrantes del jurado destacaron que no hay pruebas convincentes para demostrar que José Luis Díaz Ramos matase a "Lolín" por celos, uno de los argumentos que defendió el fiscal durante las cuatro sesiones del juicio. El acusado había mantenido hace años una relación sentimental con una mujer que compartía piso con el fallecido y el ministerio público trató de probar que José Luis Díaz Ramos acabó con la vida de la víctima porque no podía soportar que otro hombre estuviese con una persona de la que aún estaba enamorado, pero esa teoría no convenció al jurado. Entre otras cosas, la mujer a la que se refiere el fiscal, que si que le había robado el corazón a "Lolín", falleció días antes del crimen tras una grave enfermedad y había vuelto a relacionarse con el acusado por su adicción mutua a las drogas. Además, los miembros del jurado consideran probado que José Luis Díaz Ramos no había vuelto a ver a "Lolín" desde el fallecimiento de la mujer.

El veredicto refleja que los jurados tampoco ven creíble que el acusado tuviese un plan para coser a cuchilladas al fallecido, como plantearon las acusaciones. José Luis Díaz Ramos fue grabado por las cámaras del portal en el que ocurrieron los hechos -el número 8 de la Plaza Primo de Rivera- a las doce y cuatro minutos de la noche del crimen y saliendo seis minutos después, un tiempo insuficiente, a criterio del jurado, para apuñalar a la víctima -que vivía en un tercero y bajó al cuarto de basuras en muletas, sin la prótesis de la pierna que la faltaba- y abandonar la escena del crimen sin dejar ni un solo rastro de ADN. Tampoco apareció el arma del crimen ni se hallaron restos de sangre en la ropa que llevaba el acusado, dos de los argumentos principales que llevaron al jurado a absolver al "Gochín de Ventanielles".

Las acusaciones también se apoyaron mucho en el testimonio de una vecina del bloque que en su momento testificó que José Luis Díaz Ramos le había dicho que iba a matar a Lolín en cuanto cobrase la pensión. Pero la intervención de esta testigo durante el juicio fue tan incoherente -esta mujer tiene problemas con las drogas- que no fue tenida en cuenta por el jurado. Con base en el veredicto, la juez encargada del caso dictó la "inmediata puesta en libertad" del acusado y emitirá una sentencia absolutoria contra la que cabe recurso.