La joven directora de orquesta madrileña Lara Diloy sostiene que "la música ayuda a desarrollar el espíritu crítico" y permite ser más selectivo con los productos culturales que consumimos. Aprender música, según Diloy, sirve para "desarrollar valores que son difíciles de obtener con otras disciplinas". Eso trata de transmitir a los escolares ovetenses -más de mil ochocientos, según la Fundación Municipal de Cultura- que estos días asisten a los conciertos en los que dirige a la Oviedo Filarmonía, como celebración de su 20.º aniversario. La directora estaba más que satisfecha con la acogida de los dos primeros conciertos, ayer en el teatro Filarmónica, y hoy repite, con otros dos recitales. "Es muy fácil trabajar con la Oviedo Filarmonía; es una orquesta joven pero con mucha trayectoria", declaró la directora.

Lara Diloy sigue siendo un rareza en el mundo de la música, donde las mujeres en la dirección de orquesta son muy excepcionales. Ella ni siquiera se lo planteó cuando tomó la decisión de seguir ese camino, pero recuerda que durante sus estudios las mujeres no sumaban ni un veinte por ciento de las clases. Eso está cambiando. "Somos muy pocas, pero somos cada vez más", dice. El mundo de la música, reflexiona, no iba a ser una excepción. "Es algo que ocurre en toda la sociedad, las mujeres hemos estado relegadas de los puestos de mando", señala. "Ahora es el momento de que las mujeres tomen el liderazgo", afirma. Lara Diloy cuenta que las diferencias de género las ha notado más como mujer, en el día a día, que como artista.

La joven directora de orquesta, fundadora de la Barbieri Symphony Orchestra y asistente del director musical del Teatro de la Zarzuela, Óliver Díaz, tiene entre manos, desde hace tiempo, un proyecto muy personal, con el coro Sinan Kay, con varias secciones y del que forman desde niños de siete años hasta jóvenes de diecinueve. Habla de él como de una escuela de convivencia, en el que los mayores cuidan de los pequeños y estos se fijan en el ejemplo de los veteranos. Ya van por su cuarta temporada y a principios de este año ganaron un concurso coral en el Auditorio Nacional y ahora tienen por delante actuacions en Guadalajara y Soria.

A finales del año pasado Lara Diloy recibió el Premio YanMag al impulso a la trayectoria profesional. Los reconocimientos se agradecen, dice la directora, sobre todo porque "por detrás de las luces que se ven, la música es una profesión dura, con mucho trabajo detrás" y un premio no deja de ser una reafirmación. "Es como si te dijeran que sí, que vas por el buen camino", comenta.

"España es un buen sitio para la música", afirma Diloy. Pese a que "todo es mejorable" y que considera que "se debería dar más valor y poner más cuidado en la educación artística", la madrileña opina que en este país los niños y los jóvenes tienen "la suerte de tener muchas orquestas, conservatorios y escuelas".

Aunque dice que aún le queda mucho por aprender Lara Diloy, con poco más de 30 años, ya es un ejemplo para las niñas y las jóvenes que sueñan con emprender el camino de la dirección de orquesta. "Las carreras de directoras consagradas han sido una referencia para mí", reconoce la directora.