Oviedo llora desde ayer la pérdida de Eduardo Marcilla Areces, médico con una trayectoria profesional vinculada al mundo de los seguros y profesional muy querido y conocido en la ciudad. El doctor Marcilla no logró superar las complicaciones, en los últimos meses, de un cáncer que le había sido diagnosticado en 2017. Falleció ayer tras haber permanecido los últimos días ingresado en el Centro Médico.

Nacido el 18 de enero de 1961, era hijo del histórico locutor de Radio Cadena e impulsor de la canción asturiana, José María Marcilla. El doctor Marcilla realizó sus primeros estudios en los Maristas y cursó también la carrera en Oviedo.

Uno de sus primeros trabajos, al margen de algunas colaboraciones con el mundo de los seguros, fue en el Centro Comunitario de Transfusión de Sangre y Tejidos, en el HUCA. Pronto se vinculó a Mapfre, en Oviedo, donde llegó a ser jefe del servicio médico de la Dirección General Territorial del Noroeste.

Sus amigos y conocidos lo recordaban ayer como un hombre generoso, volcado en la ayuda a los demás, y que dentro de su trabajo en el seguro siempre buscaba todas las vías posibles para favorecer las mejores condiciones en la recuperación de las personas accidentadas. Era frecuente ver al doctor Marcilla acudir maletín en mano a visitar a sus muchos pacientes en sus domicilios.

Marcilla, que presidió la Sociedad Asturiana de Valoración Médica del Daño Corporal (Savamedac), también estuvo ligado al colectivo de los periodistas al ser, durante muchos años, el médico de urgencias de la Asociación de la Prensa de Oviedo. Era miembro, además, de la comisión deontológica del Colegio de Médicos. Apasionado de la literatura, le gustaban en especial las obras clásicas del mundo romano. Marcilla destacó también por ser un hombre muy religioso, vinculado al pueblo de Berció (en Grado) y a Salinas, por su familia política. Casado el 6 de febrero de 1988 con Sonsoles García-Braga, Marcilla y su mujer se había conocido de jóvenes y la pareja sumaba más de cuarenta años juntos.

Deja cuatro hijos (Fernando, Santiago, Sonsoles y Luis), que ayer evocaban la figura de su padre con emoción y tristeza. Santiago Marcilla, el segundo de sus vástagos, insistía en destacar "la empatía" de su padre. Su hija Sonsoles ponía el énfasis en cómo su padre "siempre resolvía los problemas de la familia". Su viuda lo describía ayer como "un buen esposo, un buen padre, un buen hijo y un buen hermano".

Aunque su parroquia era la del Corazón de María, el funeral se celebrará mañana, a la una y media de la tarde, en la iglesia de los Carmelitas, donde había celebrado su matrimonio y sus bodas de plata. En la ceremonia cantará el ensamble vocal "In Paradisum". La capilla ardiente queda instalada en el tanatorio de Los Arenales.