La intensificación de los controles policiales en los puntos calientes de la movida ovetense durante la noche de Carnaval no contentó a todos. En el caso de la calle del Rosal hay hosteleros descontentos con que los agentes procediesen a desalojar la vía pública a la una de la mañana.

"Nos arruinaron la noche", explica David García sobre una situación que califica de injusta. "No se entiende que desalojaran el Rosal y no otras zonas", apunta sobre una intervención que, a su juicio era innecesaria y se acometió en una hora vital para los negocios. "Otros años se vaciaba la calle a las tres de la mañana, pero esta vez lo hicieron a la una, en plena hora punta", añade.

A las críticas por los controles se suman las habituales sobre la falta de actividades promovidas para animar las calles durante la jornada festiva. "No hemos visto pasar ni una comparsa y de la organización de conciertos ya ni hablamos", explican empresarios de la zona descontentos por una noche que en otros puntos de la ciudad fue "la mejor en mucho tiempo", según los dueños de los bares de copas.

En el caso del Rosal, señalan que las actuaciones "antibotellón" no tuvieron tanto efecto como en otras partes de la ciudad. "Había muchísima gente, pero también muchísimo botellón", indican con un tono de amargura al considerar que la gestión municipal de los espacios públicos les privó de hacer una caja mucho mayor.