No hubo que lamentar daños personales, pero los vecinos que presenciaron el suceso aseguran que podría haber ocurrido una desgracia. A las diez menos cuarto de la noche del pasado lunes parte del voladizo del edificio situado en el número 22 de la calle Flórez Estrada -un inmueble de cinco pisos- se vino abajo e impactó contra la acera con tan buena suerte de que en ese momento no pasaba ningún peatón. "El estruendo fue tremendo. El voladizo es de ladrillo macizo y al caer golpeó contra un murete que hay en la calle y lo destrozó", asegura Ramón del Fresno, presidente de la asociación vecinal del Cristo, que fue testigo de lo ocurrido. "A mi se me llenó el coche de cascotes", asegura.

La parte de la acera en la que cayó el voladizo -más o menos de una longitud de dos metros- seguía esta mañana vallada para impedir el paso de los peatones y evitar nuevos sustos. "Lo que hay que hacer ahora es revisar el resto de la estructura para que no vuelva a pasar", solicita Ramón del Fresno.