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Musgo, pizarras y magia

Botas para andar en familia | Por tierras de villayón

Musgo, pizarras y magia

El camino que conduce a la antigua ferrería de Bullimeiro es una sucesión de pequeños bosques, praderas y construcciones típicas

La ruta a la antigua ferrería de Bullimeiro, en el concejo de Villayón, se inicia en el pueblo, con un excelente mosaico de construcciones típicas de la zona y hórreos que se sustentan sobre paredes. Una hermosa panera llama la atención por el colorido y las formas de la decoración que destaca sobre el color negruzco de la pizarra.

Poco después aparece la plaza a la izquierda. Al avanzar, llama poderosamente la atención una panera asentada sobre una especie de torre de pizarra que recuerda las torres defensivas. Los tejados de pizarra están cubiertos de musgos. Tras pasar la ultima casa el camino discurre, al principio, encajonado entre paredes de piedra y con el suelo totalmente tapizado de hierbas.

De camino hacia el monte los taludes se encuentran cubiertos de musgos y helechos. Es necesario cruzar el reguero de la Veigona, donde el camino gira a la derecha y se introduce en un bosque de pinos que tiene robles y eucaliptos. La subida conduce a un cruce en el que se sigue hacia la derecha.

El camino está bordeado de taludes totalmente cubiertos por diferentes variedades de musgos y helechos. Entre los claros se ven las casas de Bullimeiro y los prados por debajo.

Muy pronto el camino da un giro de 180 grados y se dirige hacia el reguero de la Veigona, a la derecha una pequeña y hermosa cascada suelta agua sobre una pequeña poza. El descenso prosigue entre el pequeño bosque.

Un poco más adelante sale al paso un camino a la derecha que se dirige hacia unas edificaciones que se ven más arriba. Se trata de la antigua ferrería de Bullimeiro. Lo primero que aparece es el lavadero y la fuente a la izquierda; un poco mas abajo la capilla, dedicada a Santa Bárbara, y dos casas con una panera

La construcción data probablemente de la primera mitad del siglo XVIII. Madoz menciona en Bullimeiro una ferrería y hablando del río Navia dice que "es navegable una legua más arriba de Navia, pudiendo fondear barcos de más de 100 toneladas, por cuyas aguas se conduce material para las herrerías de Bullimeiro en la feligresía de Parlero y para la de Frouseyra en el ayuntamiento limítrofe de Boal".

De hecho, según este mismo autor en el puerto de Navia entraban todos los años una media de 7.382 quintales de mineral de hierro. El camino conduce a un hermoso puente románico sobre el río Polea. El paisaje es encantador con una bonita vista de la ferrería. Un sendero conduce junto a un molino y a una fragua o ferrería a través de un frondoso bosque de ribera.

Apenas pueden verse las instalaciones. En el primero de los edificios se divisa la tubería por donde descendía el agua a la fragua. Detrás se ve la salida de agua del molino, que debía tener mucho uso ya que era de dos ruedas.

El caminante vuelve sobre sus pasos y se adentrarse en el prado que está detrás del lavadero, donde se conserva un ejemplar de boj único. Es un árbol de unos cinco metros de altura con un tronco de entre treinta y cuarenta centímetros de diámetro

El regreso se hace por el mismo camino hasta llegar al cruce que esta un poco antes de la ferrería, donde se gira a la izquierda para ver las casas cercanas, totalmente cubiertas de vegetación.

El camino asciende encajonado entre paredes y se adentra en el pinar. Al cabo de un tiempo aparece otro camino a la derecha que debe ignorarse. Poco después se llega a Bullimeiro donde finaliza la ruta.

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