La Semana Santa de Oviedo vivió ayer un momento que pasará a su historia procesional: el encuentro del Nazareno con su madre, la Virgen de los Dolores, en la plaza del Ayuntamiento. Un encuentro que sirvió también para recordar la estrecha relación que desde hace un cuarto de siglo mantiene la Cofradía del Nazareno con la del Santo Entierro, con sede en la iglesia de San Isidoro el Real.

Lágrimas, aplausos y sobre todo mucha fe entre los asistentes reflejada en sus rostros. Fue media hora muy intensa, el tiempo que duró el histórico encuentro, que no se volverá a repetir hasta dentro de otros veinticinco años.

No pudo haber mejor manera de celebrar el 25º aniversario de la refundación de la Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que además marcó la recuperación de la Semana Santa de Oviedo. Será difícil de superar.

A las ocho de la tarde, cientos de fieles esperaban en la plaza de la iglesia conventual de Santo Domingo, de los Padres Dominicos, la salida de la procesión. Se iniciaba también entonces la primera estación del vía crucis, que estuvo marcada por un profundo contenido social. Su párroco, José Antonio Rodríguez, por megafonía, fue transmitiendo sus mensajes a los cientos de asistentes a lo largo del recorrido.

El primero fue un adelanto de por dónde discurrirían los siguientes. "Jesús fue crucificado legalmente, igual que ahora ocurre con miles de personas en pleno siglo XXI, mujeres lapidadas, hombres decapitados y otros ejecutados". Tampoco faltó un recuerdo para los refugiados. Y por la calle Marqués de Gastañaga continuó la procesión hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento. Estábamos ya en la cuarta estación, en la que Jesús se encuentra con su Madre.

"Madre como las de la plaza de mayo en Argentina, que lloran a sus hijos desaparecidos, igual que otras lo hacen por los que pierden ahogados en el Mediterráneo porque los países les cierran sus fronteras", continuó el párroco dominico.

Durante todo el recorrido también hubo tiempo para las pequeñas anécdotas, como la caída del brazo derecho del Nazareno, que inmediatamente fue colocado en su sitio. Y así continuó el vía crucis hasta llegar a la plaza de la Catedral, en la que hasta este año excepcional realizaba todas las estaciones. En el de ayer se hicieron algunas y la última se realizó en la sede canónica de la cofradía, sobre las once de la noche.