"En el Cantábrico, sobre todo, atendemos naufragios y también problemas que surgen en la marina mercante, como bajadas de glucosa o infartos. Nuestros servicios son solicitados por radio y acudimos con la mayor celeridad". Lo explicó ayer en el Club Prensa Asturiana Jorge Fernández Alonso, comandante de la base del Helimer Cantábrico, el helicóptero de salvamento con base en el puerto gijonés del Musel.

"Las bases de salvamento están situadas de forma estratégica a lo largo de la geografía española. Cuando hay un percance de envergadura llegamos a juntarnos varios helicópteros en la misión", explicó Alonso.

Los tripulantes del helicóptero realizan turnos de doce horas. En otros países llegan a permitirse de 24 horas, señaló Jorge Fernández, que fue presentado por Isaac Santiago, miembro de la asociación AeroSpotters Principado.

"Contaminar no sale gratis en el mar; también patrullamos para luchar contra el deterioro del hábitat; en el Mediterráneo desde el helicóptero no soy capaz de divisar un trozo de mar sin plástico, en el Cantábrico no pasa tanto", remarcó Fernández Alonso.

También detalló las especiales características que debe tener un helicóptero de salvamento. "No sirve cualquier vehículo, necesita cumplir una serie de requisitos", aseguró. "Para realizar los rescates, el equipamiento es como el de un avión, pero la diferencia es que el helicóptero no vuela a la misma altura". AeroSpotters Principado reúne a apasionados de la aviación de la región, con más de 20 socios repartidos en diferentes sedes, tanto en Asturias como fuera. Además, periódicamente organizan diferentes visitas a instalaciones de interés para los amantes de la aviación.