El conductor de una carretilla elevadora -un trabajador que se encontraba haciendo labores de reposición en un conocido supermercado- derribó el pasado jueves un pilar histórico del Antiguo. El hombre perdió el control del vehículo que manejaba e impactó contra una de las pocas columnas originales que quedan en El Fontán, una de las que se encuentran bajo el edificio del conocido restaurante Casa Ramón, haciendo esquina con la plaza Daoíz y Velarde. A consecuencia del accidente también quedó dañada la barandilla que protege esa zona de los soportales.

Según fuentes del área de Seguridad Ciudadana, no hubo que lamentar daños personales y tampoco se teme por el estado del edificio, ya que la columna derribada no soportaba la estructura. "Cuando se hicieron las obras de remodelación del edificio, hace ya más de veinte años se dejaron las columnas originales por estética y por conservar el patrimonio histórico, pero no son columnas de carga, es decir, son meramente ornamentales", explica Orlando García, el propietario de Casa Ramón. De hecho, el edificio no tuvo que ser desalojado y sólo se colocaron dos puntales en el lugar que ocupaba la columna como medida de precaución.

Los hechos ocurrieron alrededor de las once y media de la noche, cuando aún había gente por el entorno del Fontán y clientes cenando en el restaurante. Dicen los testigos que "sonó como si hubiesen tirado una bomba". Las mismas fuentes afirman que en ese momento temieron que el edificio pudiese venirse abajo. "No sabíamos que la columna era de adorno, nosotros escuchamos el estruendo y cuando salimos ya estaba en suelo. Es normal que nos asustásemos", dice un cliente del restaurante que prefiere mantenerse en el anonimato. "Menos mal que al final se quedó sólo en un susto", añade. Actualmente sólo quedan en pie once de las columnas originales de El Fontán, cuatro en la zona interior del patio y siete en los soportales. La estructura dañada pasará ahora a manos de los responsables del área de Patrimonio del Ayuntamiento de Oviedo, que harán todo lo posible por restaurarla.

"Lo lógico es que se trate de recomponer una pieza que está protegida y que forma parte de la historia de la ciudad desde finales del siglo XVIII", reflexionaba ayer Vidal de la Madrid, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo.