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Reparar las escaleras de la Losa, paso previo a más ascensores en los barrios

El Ayuntamiento quiere nuevos accesos en la plaza de los Ferroviarios y piensa en otras acciones en Ciudad Naranco, la Argañosa o Montecerrao

Detalle de la única escalera mecánica en funcionamiento en la Losa. | Luisma Murias

Como las peatonalizaciones, la llamada “movilidad vertical”, consistente en la instalación de soluciones mecánicas para salvar pasos difíciles, de mucha escalera y desnivel, en los barrios, también vuelven a Oviedo. El Ayuntamiento está estudiando volver a poner ascensores en diversos puntos de la ciudad, animado por el éxito muy reciente del inaugurado en el complejo del Vasco y aguijoneado por la necesidad de reparar las escaleras mecánicas de la Losa de Renfe.

Los dos pares de accesos automáticos junto a la estación del Norte –un carril de bajada y otro de subida, más un ascensor que conecta con el andén– se instalaron en el año 1999. En la actualidad, están muy deteriorados. Ha pasado mucho tiempo, cada vez es más difícil encontrar piezas para repararlas y las averías son muy frecuentes. La penúltima fue consecuencia de un incendio, en la madrugada del 19 de enero, en la sala de máquinas de las escaleras más alejadas de la entrada principal de la estación, próximas al hotel situado en la Losa y muy utilizadas por los clientes de un gran supermercado que ahora se ha trasladado al Vasco.

Según fuentes municipales, el presupuesto de reparación es de unos 170.000 euros, pero en una primera estimación se ha calculado que con 300.000 euros se podría intentar acometer el cambio de las dos escaleras de este lado, teniendo en cuenta que se podrá disponer de unos 100.000 euros extra en concepto de indemnización del seguro. De esa forma, sería posible proceder al desmontaje de los dos carriles existentes y utilizar sus piezas como repuestos del otro paso mecánico, el anexo a Viaducto Marquina, que ahora mismo también tiene averiadas las de bajada. Tampoco por mucho tiempo, porque el Ayuntamiento quiere el cambio este año y acometer la sustitución el próximo.

A falta de realizar el correspondiente proyecto, la idea general es cambiar el modelo de escalera por uno cerrado, quizá equipado con una cabina. Aunque las escaleras mecánicas fueron inicialmente la solución más utilizada en algunas ciudades españolas para la movilidad vertical, caso de Santander o Bilbao, el ascensor ha acabado ganando esa guerra. Su accesibilidad (admiten sillas de ruedas) y el hándicap que para las escaleras mecánicas supone la obligatoriedad del botón de bloqueo, que las convierte en víctimas recurrentes del gamberrismo urbano, han acabado decidiendo esa batalla en favor de los ascensores. Por eso, para la Losa también se estudia sustituir una de las escaleras por un ascensor.

Además, en los fondos europeos figuran tres millones de euros para soluciones de movilidad vertical en tres barrios. En este caso se trataría de instalar nuevos ascensores, a sumar a los tres que ya funcionan en la ciudad. El último, a finales de 2019, ha sido el ascensor panorámico del Vasco, el que está coronado por las grandes letras de Oviedo y conecta Víctor Chávarri con la nueva explanada del complejo. Antes, en 2016, se inauguró la rampa mecánica y el ascensor entre las calles Fernández de Oviedo y Montes del Sueve. Fue un proyecto desarrollado en la etapa de Agustín Iglesias Caunedo e inaugurado ya por Ana Rivas, como concejala de Infraestructuras, con Wenceslao López en la alcaldía. Anterior, de mediados de los años ochenta, fue la idea de abrir los jardines de La Rodriga, junto al Seminario. Tuvieron que pasar, no obstante, veinte años hasta que el Ayuntamiento llegó a un acuerdo, en 2005, con la promotora del edificio Campomanes 23 para acometer el acceso. El ascensor se inauguró tres años más tarde, en 2008.

Ahora, los planes del Ayuntamiento pasan por estudiar nuevas soluciones de este tipo en Ciudad Naranco, Montecerrao o La Argañosa.

El Alcalde, Alfredo Canteli, reiteró ayer este afán de fomentar la movilidad vertical y confió en que el nuevo acceso de la Losa sea “eficiente y evite las incidencias habituales, que dé mayor comodidad y seguridad a los vecinos”. El edil de Infraestructuras, Nacho Cuesta, abundó en esta idea y reiteró su “apuesta firme” por “una ciudad accesible”: “Seguiremos tratando de construir un Oviedo sin barreras en todos los barrios”, declaró .

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