El pianista ovetense Jacobo de Miguel estrenó ayer el ciclo Vetusta & Jazz en el teatro Filarmónica debutando, él mismo, en una nueva faceta, cantando sus composiciones, en un estilo propio del cantautor, letra y música, todo un reto para un pianista de jazz.

No fue la única novedad ni alteración del canon clásico del concierto de jazz habitual. La formación elegida por Jacobo de Miguel para presentar estas nuevas canciones alteró el formato clásico del cuarteto para incluir un vibrafonista (Ton Risco), junto al contrabajo de Kin García y la batería de Manu Molina.

El sonido del vibráfono, tan distinto a otro tipo de solistas como la trompeta o el saxo, ofreció un cariz especial al timbre y dinámica del cuarteto, encajando muy bien con la base rítmica de batería y contrabajo.

Lo más llamativo fue en realidad el repertorio. Todo composiciones propias con voz, salvo algún interludio musical como el que protagonizó Ton Risco marcando el ritmo con su cuerpo y acompañado luego por De Miguel.

Las composiciones presentadas ayer eran de tono muy personal, nacidas desde los sentimientos más puros, con títulos como “autorretrato”, “Rencor”, “ese sentimiento que que todos podemos tener en determinadas situaciones”, explicó, otra inspirada a una desbrozadora o la que dedicó a su mujer, la también cantante Puri Penín.

Arropado por Molina y músicos gallegos, De Miguel logró una buena entrada en el Filarmónica para su debut.