A ritmo de la gaita y los bailes tradicionales representados en el paseo del Bombé, los bomberos de Oviedo culminaron al mediodía de ayer la extinción de un incendio que, de no ser por su rápida intervención, se podría haber llevado por delante la biblioteca de La Granja del Campo San Francisco. Las llamas no llegaron por suerte a extenderse a las zonas de almacenamiento de libros. El fuego de produjo por un cortocircuito en un cargador de baterías de herramientas que el personal Parques y Jardines guardaba en unos vestuarios de la parte trasera del equipamiento cultural .

La salida de abundante humo del interior del edificio alertó a los paseantes, que llamaron a los servicios de emergencias. Los efectivos municipales llegaron en unos minutos, en torno a las once y media de la mañana y rápidamente localizar el origen del fuego. Según indicaron fuentes municipales, trabajadores de Parques y Jardines encargados del mantenimiento del céntrico parque ovetense habían puesto las baterías de varias herramientas a cargar y una de ellas sufrió un cortocircuito que fue el causante del desaguisado.

Un puñado de cables calcinados fue lo primero que sacaron los bomberos del interior del vestuario tras conseguir controlar el incendio. A partir de ahí, tablas de madera medio quemadas y algún elemento del mobiliario fueron retiradas, al mismo tiempo que se iniciaban las labores de extinción.

La agilidad del operativo frenó la expansión del fuego, pero no de una gran cantidad de humo y ollín. Las salas de lectura y de préstamos de libro se libraron de ser devoradas por las llamas, pero no de acumular una considerable capa de polvo de color negro. De todos modos, lo esencial se salvó y, según indicó el director general de Infraestructuras del Ayuntamiento, Ignacio Ruiz Latierro, que siguió las labores de extinción, “por suerte fue poca cosa”.