Julia Navarro: “Conchita Quirós apostó por mí, fue como si me tocase la lotería”

La escritora superventas recuerda con mucho cariño a la fallecida librera en la presentación de su nueva novela, “De ninguna parte”

Por la izquierda: Guillermina Bastida (que condujo el acto), Julia Navarro y Pilar Sánchez Vicente, ayer, en el teatro  Filarmónica. | Fernando Rodríguez

Por la izquierda: Guillermina Bastida (que condujo el acto), Julia Navarro y Pilar Sánchez Vicente, ayer, en el teatro Filarmónica. | Fernando Rodríguez / Franco TORRE

Franco Torre

Franco Torre

“Si me gusta tu novela, te voy a invitar a Oviedo para que la presentes”. Era el año 2003 y aquellas palabras de Conchita Quirós, que ya era una leyenda en el sector de las librerías, llenó de ilusión a una escritora que velaba sus primeras armas. Era Julia Navarro, y su novela “La Hermandad de la Sábana Santa”, con la que asaltaría las listas de los libros más vendidos al año siguiente.

Consagrada ya como una escritora de referencia, Navarro acudió ayer a Oviedo para presentar su octava novela, “De ninguna parte”. Lo hizo acompañada por Pilar Sánchez Vicente en un teatro Filarmónica que agotó las butacas, en un acto organizado por la librería Cervantes en el marco de su programa de actividades con motivo de su primer centenario. Antes, Navarro atendió a los medios en la propia librería, donde estuvo acompañada por el gerente de Cervantes, Alfredo Quirós.

“Cómo echo de menos a Conchita sentada ahí”, le decía Navarro a Quirós, al inicio del encuentro en la librería, señalando una silla concreta, la primera a la derecha del espacio reservado al Foro Abierto. “Aquella mujer tenía una personalidad totalmente arrolladora. Era todo un referente, una persona con una gran categoría personal y profesional, al frente de una librería como Cervantes que trasciende el ámbito de Oviedo y de Asturias, que es un referente en toda España”, recuerda Navarro de la librera.

Por esa razón, su interés en aquella primera novela era algo relevante para la escritora. “Que decidiese apostar por mí era como si me hubiese tocado la lotería. Porque ahora que mis libros se venden y tengo lectores en muchos lugares del mundo es muy fácil que la gente me invite a ir a sus librerías, pero en aquel momento, que yo encontrara ese apoyo por parte de Cevantes y de Conchita fue realmente como que me tocase la lotería”, sostuvo Julia Navarro, que insiste en que mantiene “una deuda de gratitud con la librería Cervantes, porque Conchita y luego Alfredo han sido siempre muy generosos conmigo”.

Y es que el apoyo de Conchita Quirós a “La Hermandad de la Sábana Santa” fue más allá de organizar una mera presentación en Oviedo. “Ella movía mucho, prácticamente me hizo la promoción sola. De repente empezaron a llegarme invitaciones de libreros, que me decían que los había llamado Conchita”, revela Navarro.

La escritora ha mantenido y cultivado durante todos estos años la relación con Cervantes, y desde esa cercanía resulta natural que la librería reservase su presencia para el acto central de su centenario, coincidiendo además con el día de San Mateo. Julia Navarro se presentó además con una novela de notable actualidad, “De ninguna parte”, en la que narra las vidas cruzadas de dos jóvenes libaneses cuya trayectoria se ve marcada por un acto violento, y que años después se reencontrarán en Bruselas, donde uno está enrolado en un grupo yihadista y el otro trata de detenerlo.

La temática de la novela entronca de manera diáfana con la situación vivida estas últimas semanas en Afganistán. “Me parece una irresponsabilidad la actitud de Estados Unidos, dejando Afganistán como lo ha dejado. Y me parece que en estos momentos tenemos la obligación moral de seguir apoyando a las personas que se han quedado dentro y no han podido salir. Y es el caso de tantas y tantas mujeres que en estos veinte años habían alcanzado algunas pequeñas cuotas de libertad individual”, aseguró Julia Navarro, que reclamó que no se abandone a las mujeres en la “doble cárcel” en la que se ha convertido para ellas el país. “Tenemos la obligación moral de seguir presionando a nuestros gobiernos para que ellos a su vez intenten presionar, de la manera que sea, a los talibanes. Soy poco optimista respecto a los resultados, pero se consiga algo o no se consiga no podemos dejarlas solas, tienen que saber que estamos aquí y que estamos con ellas”, reclamó la escritora.

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