El Ayuntamiento ya es, sobre el papel, el propietario de la estatua de Neptuno que fue robada en los años sesenta del siglo pasado. El Consistorio ya tiene elegido su emplazamiento en el Campo San Francisco, en un punto entre los paseos de La Rosaleda y Los Álamos, donde estaba uno de los “angelines”, que el servicio de Parques y Jardines retiró hace unos meses. La estatua de Neptuno, que cogía polvo en un almacén del Museo de Bellas Artes tiene varios desperfectos menores, pero uno clave en la mano que sujeta el tridente. Esta, está rota. El concejal de Patrimonio, Luis Pacho, quiere arreglarla antes de devolverla al parque “por responsabilidad”.
Sesenta años después de una misteriosa desaparición, la figura de mármol de Neptuno volverá a integrar el patrimonio de la ciudad. La imagen en mármol del dios romano adornaba a principios del siglo pasado una de las fuentes del Campo San Francisco, pero, en una de las sucesivas reformas del parque, la estatua desapareció. La escultura permaneció en paradero desconocido durante medio siglo, hasta que fue hallada en los fondos del Museo de Bellas Artes de Asturias. Un contratista habitual del Consistorio, al que se habría encargado aquella reforma en los años sesenta, acabó quedándose la estatua. Desde ese momento adornó su jardín particular hasta que, en 2006, se la vendió al museo por 12.000 euros.
En este mandato, el Ayuntamiento mostró interés por recuperar la estatua, algo a lo que accedió el museo. Tras varias idas y venidas sobre el emplazamiento de la figura del dios romano, en el que miembros del patronato querían que se colocase en su lugar original, donde ahora hay unos juegos infantiles. El Consistorio ha ganado la partida y, finalmente, la colocará en otro punto del Campo.
