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El Dragón

Anatomía de un “Dragón”

El 8x8 que ya se fabrica en Trubia, con 33 toneladas de acero balístico y resistencia a las minas antitanque, sustituirá a los BMR que “fallaron” en un atentado en Líbano en 2007

Un miembro del grupo terrorista Fatah al Islam, próximo a Al Qaeda, accionó por control remoto un coche bomba aparcado en un cruce de carreteras entre Maryayún y Jiam, al sur del Líbano. Lejos de su refugio, la fuerte explosión alcanzó al primero de los dos Blindados Medios de Ruedas (BMR) que formaban la patrulla española de “cascos azules”. El ataque terrorista se cobró la vida de seis militares de la Brigada de Paracaidistas aquel 24 de junio de 2007 y puso de manifiesto que los carros de combate españoles no eran los suficientemente seguros. El Ministro José Antonio Alonso admitió al día siguiente que los vehículos carecían, por ejemplo, de inhibidores de frecuencia. Uno de ellos, capaz de evitar el atentado, costaba entonces 200.000 euros. Ese es el origen del nuevo blindado que se comenzó a fabricar en Trubia el pasado viernes, el VCR 8x8 “Dragón”.

Al llegar Carme Chacón al Ministerio de Defensa, en 2008, se activó el programa llamado a renovar aquellos blindados de seis ruedas. Tras varios años de retrasos debido a su elevado coste –cerca de 2.100 millones de euros– el moderno carro de combate acaba de ver la luz. Casi 15 años después del atentado, las Fuerzas Armadas celebraron el inicio del montaje con el corte de la primera chapa de acero balístico.

El “Dragón” sustituirá a los BMR 600. Este modelo, el que “falló” en el Líbano, tenía un blindaje de aluminio de 10 a 40 milímetros y pesaba entre 14 y 15 toneladas. El consorcio Tess-Defence, en el que suman fuerzas las españolas Santa Bárbara Sistemas –con sede en Trubia–, Escribano, Sapa Placencia e Indra, ha echado el resto en la nueva máquina del Ejército de Tierra. Pese a su peso (33 toneladas, doblando los kilos de su predecesor), el “Dragón” es capaz de “volar”, superando los 100 kilómetros por hora en carretera. La torre “Guardián”, la de su configuración básica, escupe fuego de 30 milímetos y su blindaje es capaz de resistir balas perforantes de gran calibre y minas antitanque.

La idea es fabricar cinco versiones del blindado, que tendrán a su vez doce configuraciones finales. Al “Dragón”, por ejemplo, se le puede incorporar un anclaje universal para acoplar, por ejemplo, una pala, un rodillo o un limpiador de minas en la versión para los zapadores.

Soldados españoles, tras el atentado en el Líbano en junio de 2007 que evidenció la falta de seguridad del BMR. | Reuters

Los blindados sobre ruedas ganaron popularidad para operar contra enemigos ubicados en ciudades y espacios  desérticos. Las ocho ruedas y los cuatro ejes del “Dragón” y sus 32 marchas serán suficientes para responder en cualquier tipo de terreno, a diferencia de los blindados de cadenas. Como ya han hecho antes los gigantes del armamento español, Tess-Defence plantea comercializar el futuro vehículo en el extranjero.

El “Dragón” es, de alguna manera, la evolución del BMR, pero también del Piraña. Este último, fabricado por Mowag en Suiza, es la base de las barcazas del nuevo 8x8. La empresa pertenece también a General Dynamics, como Santa Bárbara. En su sede de Kreuzlingen, los trabajadores de la fábrica trubieca se han estado formando para comenzar la producción del carro de combate. El “Dragón” protegerá a los soldados españoles y hará despegar la economía asturiana. La fábrica de Trubia tendrá, como mínimo, 900 empleos directos, hasta 2027. Para montar el blindado se necesitarán otros 4.500 empleos indirectos. Durante 2020, Santa Bárbara generó un impacto de 28 millones de euros gracias a sus contratos con 165 empresas de la región. La cifra crecerá con el empuje del “Dragón”.

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