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Carlos Paniceres Presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo

"En Asturias somos mucho de la huerta, del cacho pequeño, y poco de los grandes proyectos"

Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, posa a la puerta de la institución, en la calle Quintana. Fernando Rodríguez

Carlos Paniceres (Priandi, Nava, 1969) saluda el inicio del año a punto de cerrar su mandato al frente de la Cámara de Comercio de Oviedo. Deja atrás un año de mucha actividad en la institución pese a que los problemas de salud le obligaron a dejar momentáneamente la presidencia.

–¿Qué le supuso ese parón?

–Me hizo tomar las cosas de otra forma. Quizá venía de demasiada intensidad y ese periodo de reflexión fue positivo. Repartimos aún más entre todo el equipo los retos y retomé a la presidencia con muchas ganas, porque creo en lo que estamos haciendo. El balance es muy positivo y, de hecho, no se notó mi ausencia porque todos compartimos un proyecto. José Manuel Ferreira hizo un papel fantástico; se pusieron en marcha iniciativas como el Instituto de Mediación, que firmaremos en unos días con el Colegio de Economistas y Abogados. En mi retorno se plasmó el consejo regional de Cámaras de Asturias, que era otro de los objetivos de este mandato. Ya está enviada la propuesta a Industria y esperamos que el Gobierno impulse la reforma de la ley para que sea una realidad antes de que acabe la legislatura. Creo que es uno de esos cambios que tanto necesitamos en Asturias, pese al nivel de resistencia al cambio que hay en la región. Es un paso muy importante para las cámaras.

–¿Por qué es tan importante?

–Das un mensaje metropolitano, sumas, y eso aquí es muy difícil. Es como lo que hicimos en Madrid, de juntarnos todas las cámaras para captar inversiones. Ir todas las cámaras juntas rompe viejas inercias, cambia mentalidades, y ese es el gran reto de Asturias. Si seguimos pensando igual y haciendo las cosas de la misma manera, las inercias te arrastran. Aquí rompimos la inercia y reorientamos. La idea es que si las cámaras pueden cambiar la forma de hacer las cosas, los demás, también. En esta región somos mucho de la huerta, del cacho pequeño, y poco de grandes proyectos. Uno de los retos que tiene Asturias es la dimensión de las empresas en algunos sectores. Qué importante sería que en lo agroalimentario tuviéramos empresas con mayor tamaño.

–¿Cuál es el problema? ¿Falta de ambición?

–No, es nuestra forma de ser. Somos muy críticos con todos y nos cuesta ponernos de acuerdo. A veces lo hacemos, y cuando lo hacemos solemos tener éxito. Y los asturianos que han estado fuera parece que les cambia esa forma de ser. Aquí siempre estamos en buscar la diferencia, y los grandes proyectos, de Oviedo o de Asturias, no van a ningún sitio si no sumamos. Necesitamos competir en el mundo y revertir nuestra situación para engrandecerla. Para eso hay que trasladar una idea mucho más potente de la región. Fíjese en el ejemplo de Amazon. Ahí fuimos capaces de poner toda la carne en el asador, de competir y de ganar. Y no se vislumbra todavía su impacto. La bandera de la logística está puesta en Asturias, un polígono que tiene cero ocupación y me alegra que en la ley de presupuestos se haya abordado resolver el problema de Sogepsa, para que sea competitiva y para solucionar el desarrollo de polígonos como Bobes. Amazon es la gran noticia de la legislatura y esta humilde Cámara fue protagonista durante dos años y medio de ese proceso, de manera discreta, desde el interés general, y si no se hubiera hecho el recorrido así, quizá no lo hubiéramos logrado.

–¿Si no se hubiera hecho cómo?

–Se llegó de una manera distinta. Nunca se había participado de esa manera, con esa colaboración entre el mundo empresarial y el gobierno, y dio un gran resultado. Ese es un buen camino, y el aprendizaje estuvo en todo el camino recorrido.

–Llama la atención que la Cámara pelee todos esos balones. ¿Por qué esa actividad frenética?

–La Cámara de Comercio era protagonista absoluta en los grandes proyectos de esta región: Los puertos, la autopista, el Negrón, Sadei... Hubo unos años en que dejó de ser tan protagonista, pero nosotros creemos que es un instrumento importante. Trajimos la sede del CSIC a la Cámara, participamos en la estación de Pajares y de ahí surgió una inversión, Amazon, el instituto de Mediación , la mesa grande de licencias... La Cámara ha estado en muchos de los debates y algunos los hemos adelantado. Ya sé que todo esto genera incomodidades. Sé que la Cámara incomoda a algunas organizaciones, en algunos ámbitos políticos. Recientemente, al impulsar que seamos entidades certificadoras, he visto a gente rasgándose las vestiduras. Pero no veo a nadie rasgándose las vestiduras por los millones perdidos por las ayudas del Covid. Somos entidades de derecho público y la ley nos permite esta delegación de funciones públicas, como los colegios profesionales. Nosotros estamos comprometidos con el territorio.

–¿Con el territorio?

–Sí, con el territorio. También con el Suroccidente. Eso no es un problema de las carreteras. Ahí se ha cerrado un modelo económico basado en la minería y no tiene las potencialidades de la costa. Para poder mantener la población y generar riqueza hay que buscar soluciones específicas. Necesita un plan. Estuvimos allí, en Soto de la Barca, con la térmica cerrada, que llegó a tener más de 400 empleos. La alternativa no puede ser cuatro parques eólicos, necesitamos generar actividad económica. Ahora se añade el problema de las comunicaciones, pero arreglando ese problema no arreglamos el Suroccidente, como se puede ver en las comarcas mineras. Para estos territorios necesitamos una transición justa, mayor implicación de las administraciones y una discriminación positiva. No tenemos la varita mágica, pero lo que decimos es que hay que pelear las cosas, salir de la indolencia y dejar de hacer análisis. No es tiempo de análisis, es tiempo de soluciones. Hay que dar un paso al frente y poner Asturias a funcionar.

–¿Va a optar a repetir mandato en la Cámara con su equipo?

–Ahora en enero lo decidiremos, valorando el esfuerzo que conlleva. Lo haces porque quieres, te sientes útil y eso compensa. Ya nadie nos pregunta para qué servimos y vemos que es un espacio de prestigio y nos sentimos respaldados. Buscamos más las propuestas que las protestas, y como decía el presidente del Principado, vamos a seguir como el martillo pilón. Si es para seguir así, con ganas y fuerzas, nos lo plantearemos, porque no queremos estar en la Cámara por estar. Queremos estar para hacer cosas por el bien del interés general de esta ciudad, de este territorio, de Asturias.

Hay laboratorios interesados en instalarse en La Vega, pero tenemos que despejar ya el acuerdo marco, vamos mal de tiempo y es peligroso acercarse a las elecciones generales

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–Les quedan, además, promesas por cumplir. Después de Amazon, ¿no iban a traer algo para La Vega?

–Hay conversaciones abiertas de atracción de inversiones y hay algún proyecto que espero que podamos hacer público en breve. La Vega fue nuestro leit-motiv. Fuimos a Francia a conocer la hoja de ruta de Saint Etienne, un caso similar al de Oviedo, y aquí seguimos dándole vueltas al asunto.

–Hemos despedido el año sin la firma prometida de un acuerdo entre administraciones.

–Creo que estamos muy cerca. Es verdad que estamos fuera de tiempo, pero es ineludible que se desbloquee la situación en los primeros meses del año. Además, acercarse demasiado a las próximas elecciones generales es muy peligroso. Tiene que firmarse el acuerdo marco ya y poner en marcha un equipo del mundo político, empresarial, científico, con la Finba, porque ya está todo el mundo representado allí. Se está ya en contacto con perímetros del ámbito empresarial, con laboratorios interesados en asentarse en La Vega, pero necesitamos despejar el marco. Y para empezar necesitamos saber cuánto va a estar disponible, qué naves, qué metros. Yo pido un último esfuerzo. Nosotros hemos ayudado para que haya buena sintonía, haciendo un poco de pegamento, y agradezco la actitud del alcalde, Alfredo Cantlei, y del presidente, Adrián Barbón, para sumar por el interés general. También, en un segundo plano, agradezco la labor del teniente de alcalde, Nacho Cuesta, y del vicepresidente Juan Confiño. Han sido también piezas claves. Ahora estamos a punto de firmar, espero que no se estropee y que nos demos cuenta de que la firma no es el final, sino el inicio para ponerse a trabajar.

–No es el único proyecto en Oviedo en el que están trabajando.

–No. Este mes vendrá el director de Incide, y con él estamos con el proyecto de la Inteligencia Artificial. Tendremos un encuentro con el consejero Borja Sánchez. Son fondos europeos para crear espacios de incubadora digital para empresas que quieran trabajar en la inteligencia artificial. Queremos captar esos fondos y presentar un gran proyecto para competir.

–Buenas perspectivas, entonces.

–Pero hay resistencias. Llevamos dos años y medio largos de legislatura y hemos sido incapaces de poner en marcha la Agencia de Innovación. Y no es porque el consejero no haya querido. Las resistencias y los gobiernos dentro del gobierno que hay para oponerse a que cualquier cosa cambie en Asturias son absolutamente brutales. Todos los territorios en los que nos miramos llevan años con agencias de innovación. Asturias ya va con un año de retraso porque no se quiere.

–Habla del territorio, pero la Cámara de Oviedo atiende a...

–A 69 municipios de los 78 que hay en Asturias.

–Pero lleva del apellido Oviedo. ¿Cómo ven la ciudad? ¿Responde este equipo de gobierno a esa reactivación que reclaman para toda la región?

–Desde el primer momento, tanto con Alfredo Canteli como con Nacho Cuesta hemos hablado y colaborado. No siempre estamos de acuerdo en todo, pero Oviedo ha recuperado parte de su pulso. En las licencias ha pasado a ser una ciudad amigable. Hoy, si llega una inversión, hay otra actitud. Oviedo empieza a pelear también otra vez por el espacio de las ferias y los congresos. Lo hemos visto con los World Cheese Awards. Y hemos dejado de tirar piedras al Calatrava. Yo estaba encantado de ir a ver al Oviedo al viejo Tartiere, pero ahora el Calatrava está allí, existe, y por tanto hay que gestionarlo. El Congreso de los quesos fue un éxito y vemos cómo empieza a volver a tener prestigio. Tenemos una oportunidad ahora con el espacio comercial. Que los principales acreedores, que son el fondo y el Ayuntamiento, se sienten y busquen una solución para 40.000 metros en un barrio como el Cristo es lo más sensato. Los que tanto lo critican me pregunto qué quieren. ¿Derribarlo? ¿Qué pongamos unas tarranchas ahí delante? ¿Cuál es la alternativa? Podemos seguir hablando de que el Calatrava fue un error, pero ahora necesitamos reabrir aquello y ponerlo en funcionamiento.

–Tanta energía transformadora que genera, ¿no ha pensado ponerla al servicio de algún proyecto político este 2022?

–No voy a decir que no soy un animal político porque lo soy. Estuve en la política y fueron buenos años. El futuro está por escribir. Ahora mismo no tengo ningún proyecto encima de la mesa. Más allá de los componentes ideológicos, porque yo siempre he estado en el centro político, tendrían que darse una serie de circunstancias para vincularme a alguna propuesta. Sé que se me coloca en todo tipo de operaciones, pero a día de hoy no hay nada ni estoy en nada. Yo no cierro la puerta, pero también se puede hacer política desde la sociedad civil.

–Precisamente, por hacer política desde la sociedad civil, les acusan de lobistas, de su capacidad de influencia.

–En sí mismo, eso no es malo. Las propuestas de esta casa se trasladan a todos los grupos municipales y autonómicos. Si alguno cree que esa es la buena dirección y es de interés general, no sé por qué se critica que nos apoyen. A veces al establishment le molesta que la Cámara sea un agente nuevo que marque posición. ¿Que nos critican porque queremos tener la Agencia de la Innovación, porque queremos traer empresas para Asturias, por pedir la simplificación administrativa? No nos importa, eso no me quita el sueño. La ética de esta casa en defensa del interés general se comprueba en la operación de Amazon, la mayor inversión que ha habido en Asturias en los últimos años. No me importa que nos critiquen por hacer cosas, pero que nadie nunca diga que estuvimos en la Cámara para no hacer nada.

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