La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

“Es mi bebé”, dice la cuidadora de “Tuco”, el perro del auto pionero de la ley de Bienestar Animal

Oumaima Laadam confía en que la justicia le dé la tutela: “Esto todavía no ha acabado, pero esperemos que se entienda que es un ser vivo y no una cosa"

Oumaima Laadam, con “Tuco”, ayer, en Oviedo. | Fernando Rodríguez

“Tuco” es un pionero. Este perro ovetense de cinco años, mezcla de pitbull con pastor belga, es el primer animal cuyo caso se ha juzgado siguiendo la nueva reforma del Código Civil que considera a los animales seres sintientes. Desde hace más de un año, el dueño del can, Alejandro Cofiño, y la persona que lo cuidó cuando el propietario disfrutó de una estancia profesional de alrededor de dos años fuera de España, Oumaima Laadam, se disputan en los tribunales la titularidad y custodia del perro. Un primer proceso, por la vía penal, quedó en nada, pero al acudir a la vía civil, Cofiño logró que un tribunal le reconociese como el propietario del animal. La sentencia está recurrida, pero en espera del juicio, “Tuco” sigue con Laabam. Aquí entra la nueva reforma del Código Civil, la mal llamada “Ley de bienestar animal”: el abogado de Cofiño solicitó una medida cautelar para que el animal retornase a la custodia de su defendido hasta el juicio. En un primer momento fue concedida pero, finalmente, el juzgado número 11 de Oviedo, del que es titular Susana Fernández de la Parra, ha desestimado la petición, en un auto que ya es histórico, argumentando que el perro es un ser sintiente y que debe primar su bienestar, que está garantizado con la que ha sido su cuidadora en los últimos años.

“Ha sido un puntazo, estábamos desesperados. Cuando me dijeron que había pedido la cautelar y que tenía diez días para entregar al perro, fue como si me quitaran los riñones en plena calle”, señala Oumaima Laadam, que asegura haber establecido un vínculo extraordinario con “Tuco” desde que está bajo su tutela: “Es mi bebé, va conmigo a todas partes”.

Las versiones de Cofiño y Laadam difieren de forma radical en muchos puntos, incluso al definir la relación que les unía aquel verano de 2018 en el que el hombre dejó a “Tuco” al cuidado de la mujer. “Era mi mejor amiga, fui un ingenuo”, asegura él. “Era el amigo de una amiga, apenas le conocía. Una noche de fiesta iba preguntando por los bares quién se quería quedar con el perro porque se iba de Erasmus a México, y por mediación de esa amiga acepté”, sostiene ella.

Cofiño estuvo cinco meses en México, y volvió brevemente a Asturias, donde estuvo dos meses, antes de retornar a México. “Estaba pendiente de un proyecto laboral, me salió y retorné. Pero esos dos meses, el perro volvió conmigo y se quedó conmigo, y volvió con ella solo cuando me fui”, sostiene él. “Se enamoró de una chica y volvió para estar con ella. En esos dos meses no se preocupó por el perro. Lo vio dos veces y las dos estuve yo con él, porque no me fiaba de alguien que dejaba a ‘Tuco’ con el primero que pasa”, dice ella.

La segunda estancia de Cofiño en México se prolongó algo más de año y medio, hasta diciembre de 2020. Al retornar, reclamó a “Tuco”, y se llevó un “no” como respuesta. “Me dijo que se aburría, porque la pandemia lo había cambiado todo, y que quería recuperar su vida”, sostiene Laadam, que asegura que, en su segunda estancia en México, Cofiño no le envió el pienso para “Tuco”. “Lo mandaba siempre y fue ella la que empezó a rechazar los envíos. Luego, al volver, me dijo que había cambiado la titularidad del perro. No entiendo cómo un veterinario pudo aceptar eso”, asegura Cofiño.

“Tuco” sigue con Oumaima Laadam, que tiene claro que va a pelear hasta el final por el animal que, en estos tres años y medio, se ha convertido en alguien de su familia. “Esto todavía no ha acabado, pero esperemos que este auto siente un precedente y que se entienda que ‘Tuco’ es un ser vivo y no una cosa. A efectos sanitarios, alimenticios, de cariño y de todo, fui yo la que se encargó del perro todos estos años. Pasó conmigo el confinamiento, solos él y yo en una casa”, concluye Laadam. La decisión ahora corresponde a la Audiencia Provincial.

Compartir el artículo

stats